Ediciones Liliputienses
La perspectiva histórica de la lengua castellana, o debería decir, del español, nos hace adoptar una visión ombliguista en cuanto a la corrección, lo normativo de su uso. La diversa variedad lingüística registrada en los territorios panhispánicos complejiza una cohesión a la que han contribuido enormemente gramáticas y academias. Paradójicamente, España aglutina solo cuarenta y siete millones (cifra aproximada) de los más de quinientos millones de hispanohablantes en el mundo, evidencia que no evita que traslademos esa postura lingüístico-narcisista, también, a la producción literaria.