No me ha sido difícil poder transcribir las palabras que, a modo de saludo, destiné en su día a la obra (breve, relato corto o muy corto) de este joven autor judío, y que llamó mi atención por su desparpajo argumental, por la frescura sorprendente de sus hipotéticas situaciones posibles dentro de la distinta y compleja realidad que nos atañe. Decía, concretamente respecto de su título ‘El hombre sin cabeza’ aparecido en Siruela, la editorial a través de la cual nos ha ido llegando su obra a los lectores españoles): “Así pues, literatura nueva para tiempos nuevos (el punto de vista, la extensión, la intensidad introspectiva en lo observado) más al fin literatura sugerente, evocadora. No exenta, cual es el caso, de un comedido sentido del humor. Un libro de relatos sorprendente por su capacidad analítica de la realidad y su forma próxima, directa, expresiva de decir”.