En el centro de "El número 11" de Jonathan Coe está la amistad de Rachel y Alison, que recorre con altibajos sus vidas desde la infancia. Y al fondo una figura real, David Kelly, inspector de armamento de Naciones Unidas en Irak, envuelto en el escándalo de la filtración de datos que ponían en entredicho a Tony Blair, y cuya muerte –oficialmente un suicidio, aunque siempre hubo sospechas de otra cosa– supuso el fin de la inocencia para una generación.