25/04/2024@11:11:00
Después de varias órbitas de la madre Gea al dios luminoso, pude ganar la batalla, librarme de ella. No sin ayuda. Bóreas sopló fuerte para que mi barca fuera poco a poco librándose del enredo que producen las grandes serpientes. Su forma de fémina seguía tentando no solo mis mundanas necesidades, sino mis más honestos sentimientos. Para no caer en ello, una venda en mis ojos ayudaron a que mi barca navegara, hasta que llegué a un río calmo, casi puro, cristalino, sin rastro en lo físico de alguna de las cabezas que tanto lidié contra la Hidra. Me percaté que 7 años más viejo mi ser era.