Mario Pérez Antolín, un poeta literalmente singular, una voz bienaventurada entre aquellas que han hecho de la conducta de su lenguaje una manera de estar en el mundo, en los diálogos con la dignidad, en coloquio con la honradez, con mucho más que pasión por la escritura, con la vehemente inteligencia del que se entrega a lo absoluto de las revelaciones poéticas de la realidad, acaso la más enigmática de las actitudes con la que una persona puede relacionarse con las zonas invisibles del mundo”