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Editorial Leviatán

Acerca de "Ojalá que te pise un tranvía llamado Deseo" de Rolando Revagliatti
17/12/2024@11:11:00

Desde la Antigüedad la poesía se originó como comunicación con un más allá. Con esa certeza, el vate dialogaba con un ser con contorno semi humano que interpretaba las carencias de lo terrenal. Esta materia poética fue la base de una lucha infinita del hombre con la palabra, con una imposibilidad de plasmar en una estructura métrica el contenido del mundo.

La poesía de Revagliatti, como la de todo poeta que verdaderamente indaga, tiene la característica de la mirada primigenia. Un niño ve el mundo: todo es un bullente caos, las personas ya se le aparecen como misterios frenéticos. Su realidad es esta confusión primera, un montón de fragmentos: Algo que no se completa. El niño rompe objetos para conocer qué hay dentro, juega con las piezas astilladas.

“Habría de abrir’, Editorial Leviatán, Buenos Aires, 2023, 108 páginas

Si un anhelo nos acompaña a aquellos que escribimos, especialmente a quienes escribimos poesía, es aquel de que la palabra resulte suficiente. Que ese hilvanado de vocablos al que intentamos dar belleza y alguna clase de sentido, se levante ante quienes le dimos forma y nos muestre, finalmente, un trabajo terminado, completo, eficaz en su intento de mostrar fuera de nosotros aquello que larvado, incipiente, demandaba un brote, una mutación hacia el mensaje, hacia la obra pulida y sonora. Su segundo momento vital, su manifestación. Tal vez todo el secreto de nuestro oficio se resuma en este proceso en que presenciamos la irrupción de ese artefacto virtuoso, separado ya de lo que era sólo caos y anticipación.

Hace algún tiempo leí un ensayo —que se presentaba como un diálogo entre dos eruditos contertulios— cuyo título, Nadie acabará con los libros, zanjaba, casi pendencieramente, un debate que durante décadas ocupó un lugar central en los ámbitos consagrados a eso que, con proverbial munificencia, hemos dado en llamar cultura. Los contertulios no eran otros que Umberto Eco y Jean-Claude Carrière, y el tema sobre el cual se debatía (aunque sería más apropiado decir se conversaba), como podrá deducirse, no era otro que el futuro del libro impreso ante el avance de los soportes multimedia de lectura. Pero ¿qué tiene que ver esto con el poeta Rolando Revagliatti? En realidad, no demasiado. Sin embargo, la sutil conexión que puede vislumbrarse es de por sí reveladora.

La autora argentina responde ‘En cuestión: un cuestionario’ de Rolando Revagliatti

Claudia Schvartz nació el 3 de diciembre de 1952 en Buenos Aires, donde reside, capital de la República Argentina. Es dramaturga y actriz (interpretó monólogos teatrales de su autoría). Publicó el volumen de cuentos para niños “Xímbala” (1984), el de ensayo “Miyó Vestrini o el encierro del espejo” (2002, Editorial Blanca Elena Pantin, en Venezuela), y otro con prosas, “El papel y su futuro” (2015). En 2018 apareció su nouvelle “Nimia”. Poemarios editados: “La vida misma” (1987), “Pampa argentino” (1989), “Tránsito es nombre” (2005), “Ávido don” (2008; Mención del Premio Nacional de Literatura 2001), “Eólicas” (2011) y “Alcanfor” (2018). “Ávido don” fue traducido al francés en Quebec, Canadá (2015, Éditions de la Grenouillère) y al portugués (2016, Poética Edicioes). Tradujo, entre otros, “Sonetos y elegías” de Louise Labé, “Cementerios: la rabia muda” de Denise Desautels, “La libertad del espíritu” (textos de Paul Valéry y Antonin Artaud), “Tú, mi único” (antología de poesía femenina provenzal). Citamos, de los diversos volúmenes que compiló, “Antología de la poesía erótica” y “Nueva antología del amor”.

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Rolando Revagliatti, el célebre entrevistador a narradores y poetas argentinos – documentos publicados en seis tomos -, dieciocho poemarios en su haber, es un poeta que acostumbra a crear sobre la base de intersticios, del devenir inconsciente y de misteriosas “contradicciones”.

Como quien exhibe en una feria de atracciones un fenómeno extraordinario, Rolando Revagliatti abre la cortina, en este libro, a una realidad cruel y fascinante. Una posible conjetura se insinúa desde el principio: nada es más cruel y fascinante que la existencia. Mirada desde cualquier ángulo, la presencia, la proliferación, el comportamiento de los seres y las cosas, no resiste una prueba de justificación, de sentido suficiente. Por el contrario, es materia de perplejidad, estupor y consecuente sarcasmo. A partir de allí, todo será motivo de asombro. Pase y vea.

A propósito de INFAMÉLICA, poemario por Rolando Revagliatti (Editorial Leviatán, Buenos Aires, 98 páginas, 2022)

A mediados del S. XX algunos muchachos aprendimos qué es orbitar, qué sería un satélite y qué es lo artificial. Y algunos otros muchachos aprendieron psicología. La mujer ya estaba alta ante nuestro deseo, una mitológica Luna irresistible para nuestra cohetería en ciernes.