Una evocación del pintor Gustave Courbet, de su obra y de su exilio en Suiza después de la Comuna. El pintor, jefe de filas de la corriente realista, que tantas pasiones desencadenó con su El origen del mundo. David Bosc se sumerge en sus últimos días (estamos en julio de 1873), cuando Courbet atraviesa la frontera suiza, con sus lienzos y sus cajas de colores, su caballete y su discípulo, el joven Marcel Ordinaire