04/12/2024@07:07:00
El 1º de diciembre de 1948, un sonido contundente resonó en el Cuartel Bellavista. Era el golpe de mazo que don José Figueres Ferrer daba sobre una de las almenas del edificio militar. Apenas habían transcurrido ocho meses desde que esas paredes fueron testigos mudos de fusilamientos, enfrentamientos y desencuentros entre militares oficiales y rebeldes.