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crítica literaria

No sé qué he leído, así que os voy a hablar de otras cosas.

15/03/2017@13:17:43

Casualmente, desde hace unas semanas, estoy en un trabajo donde el director de la empresa, con el que paso la mayor parte del tiempo, es un conocido y bastante publicado escritor. Con él hablo de los libros que recibo fuera de ahí, de lo que estoy leyendo, de lo que me gusta leer, de lo que no me gusta leer; en definitiva, con él hablo de Literatura.

Acaso el crítico literario sea el primero, o uno de los primeros, en entender que el ejercicio de leer implica el conocimiento de muchas vidas. Es cierto que son vidas de ficción lo que interpreta y a las que se vincula, más o menos, en el hecho de leer, pero vidas al fin, algunas de las cuales podrían ‘presumir’ de haber sido ‘vividas’, apreciadas, con mayor intensidad que una vida real.

Si te gusta la música, la música de ahora digo, te habrás dado cuenta de que se está poniendo de moda en muchos grupos y artistas en solitario ofrecer comentarios de sus canciones. Abres por ejemplo Spotify y te encuentras el disco con todos sus temas y a su lado la versión comentada de cada uno de ellos. Es cierto que a muchos nos gustará el hecho de escuchar la letra de una canción e imaginar el porqué de la necesidad de escribirla.

Parece que haya de ser (últimamente con reiterada insistencia) que la mujer, la figura y la obra de la mujer tengan que ser resaltadas como restitución, como si hubiera renacido una conciencia de culpa en el sentido de que la historia cultural, hasta aquí, no hubiera cumplido su parte de ecuanimidad y ahora sea el momento de distinguir con argumentos, con claridad y convicción la contribución que la mujer ha aportado a la historia de esa cultura de occidente de la que tanto nos enorgullecemos.

La colección “fragmentaria-ensayo” de Ediciones Amargord publica "Limados. La ruptura textual en la última poesía española", con edición y prólogo de Óscar de la Torre (1973), un volumen que cuenta además con un interesante “Epílogo bicéfalo” de César Nicolás y Marco Antonio Núñez.

Durante el mes de junio de 1959, Juan Arnabal -un ambicioso y duro empresario vasco, que ha sido capaz de llegar desde una aldea minera a la dirección de un emporio industrial- se encuentra con Ramón Erburu, el hijo no reconocido al que decidió dejar atrás en su juventud, por considerarlo una rémora para sus ambiciones. Ramón es tan audaz y duro como su padre, pero toda su voluntad está puesta al servicio de una idea: el movimiento abertzale de izquierdas que empieza a convulsionar la sociedad vasca.

“A veces la vida, además de darnos limones y hacernos subir cuestas llenas de baches, puede que nos regale alguna bonita sorpresa”. Con estas sensatas y tan acertadas palabras, María Jeunet nos abre las puertas a una historia que, de algún modo, nos hará empatizar con Nico, nuestro protagonista, y nos hará inquirir en nuestro interior haciendo que en algunos momentos de la narración nos sintamos identificados con algunos personajes y sus sentimientos.

He aquí un libro que, si bien pudiera pensarse que es propio a estudiosos y eruditos de otras épocas (algo que, en poesía, es un riesgo sostener toda vez que la poesía, per se, ha de ser atemporal o no lo es), antes al contrario, por razón de los temas tratados, es un entretenimiento gozoso con su punto de maledicencia convocadora toda vez que, en el siglo XI, trata de los temas eternos que hacen del comportamiento del hombre hacia otros hombres el tema de discusión y conflicto, a la vez que reúne esa capacidad de curiosidad e interés que toda alusión a lo lúdico despierta.

Crítica literaria

La última novela del escritor Noruego Kim Leine

La editorial Lengua de Trapo ha publicado la última novela del escritor noruego de origen danés Kim Leine, que lleva por título Tunu. Pese a ser una novela de un autor escandinavo, no es una novela negra como estamos acostumbrados a ver, sino que es la historia de un enfermero en la región oriental de Groenlandia, uno de los lugares más aislados y recónditos del planeta.

Un texto delicioso, en verdad. Un texto para reconciliar al lector con el texto, para recomponer el gozo de leer, o escuchar, pues de estas páginas, de estos cuentos –que, en ocasiones, poseen un nivel de intimidad, establecen unos grados de sinergia con el atento lector que parecieran dictados al oído- se desprende un a modo de hálito humano que se diría forman parte íntegra de quien tiene la voluntad –la buena voluntad- de atender.

El poeta salvadoreño André Cruchaga es una de las máximas figuras de la poesía centroamericana actual, su dilatada obra avala el quehacer de un autor comprometido con los sentimientos más profundos del ser humano y su poesía se convierte en un vehemente alegato contra una realidad maniquea dominada por los intereses corporativos y el capital.

Nuestras vidas se componen de etapas, y cada una de ellas, simbolizan la capacidad que tenemos para la transformación de llegar a ser otro, igual que si tuviéramos una suerte de nacer varias veces a lo largo de nuestra existencia. En este sentido, Virtudes Reza en su último poemario editado por Huerga y Fierro titulado, ¡Bebed, cuervos!, nos propone un doble juego: el del yo contra el otro, y el del yo contra el resto (un resto compuesto por la sociedad y su barbarie, pues en ella nada más que impera la nada más absoluta).

Borrar las huellas del camino que nos devuelva a casa y huir lejos de lo conocido para ir en busca de una Antártida imaginaria e inexistente. Un lugar en el que nadie nos pueda encontrar, pues nadie será capaz de articular nuestros deseos más allá de la palabra locura. Una locura que nos llevará a reivindicar el aislamiento, la soledad…, y el silencio.

La literatura, afortunadamente, no tiene origen. Es decir, la fuente de lo contado puede ser infinita, como infinitos podemos considerar que pueden ser los autores, más a sabiendas que lo que tantas veces tenemos delante como lectura no ha de procede necesariamente de un literato profesional sino que tal procedencia, por fortuna, puede ser varia (y en ello habría que entender, sin duda, una posible forma de originalidad).

El amor tiene múltiples representaciones, y se muestra ante nosotros de diferentes maneras, pero el amor que nos describe Elizabeth Smart en "En Grand Central Station me senté y lloré" es un amor líquido: «Todo lo inunda el agua del amor: de todo lo que ve el ojo, no hay nada que el agua del amor no cubra».

Acaso sea uno de los ejercicios literarios más difíciles el que viene practicando (cultivando, en el mejor sentido) el autor Fernando Menéndez por cuanto elegir el texto breve comporta un riesgo doble: decirlo bien, y hacerlo en pocas palabras.

Crítica literaria

"La vidente" es la tercera novela de Lars Kepler

La editorial Planeta ha publicado La vidente, tercera novela de Lars Kepler, seudónimo bajo el que se agrupan el matrimonio sueco
formado por los escritores Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril. En este libro, el comisario Joona Lina se enfrenta a un caso en el que la información de una médium puede aportar datos relevantes a un caso por primera vez en la historia.