Presentación de "Los genios", de Jaime Bayly
Antes de que Will Smith pegase una sonora botetada a Chris Rock en la gala de los Oscar, hubo puñetazos ilustres como el que le propinó Mohamed Ali a Sonny Liston. Dicho puñetazo fue denominado el golpe fantasma, fue en 1965. Años después, en 1971, Mario Vargas Llosa le sacudió un buen puñetazo a Gabriel García Márquez, que le dejó la nariz rota y un ojo morado. "Esto fue por lo que le hiciste a Patricia", le dijo el púgil peruano al paquete colombiano. En el libro "Los genios" Jaime Bayly trata de desentrañar el entuerto, pero ya les anticipo que no va a ser tan fácil hacerlo.
La editorial Lumen ha publicado una de las novedades literarias más esperadas de los últimos tiempos, y a su vez uno de los libros fundamentales de la literatura española contemporánea. Se trata del volumen "DIARIOS, 1956 – 1985", del escritor y poeta Jaime Gil de Biedma, cuando se cumplen los veinticinco años de su muerte, un volumen editado, anotado y prologado por Andreu Jaume en el que, además de Retrato del artista en 1956 (Lumen, 1991), se incluyen todos los diarios que el poeta dejó inéditos a su muerte.
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Recordando a la superagente Balcells en el quinto aniversario de su muerte
En una entrevista de hace casi tres lustros, la agente literaria Carmen Balcells (Santa Fe, Lérida, 9 de Agosto de 1930 - Barcelona, 20 de Septiembre de 2015) aseguraba que la vida se renovaba para ella cada uno de octubre. “Una costumbre colegial”(…)“Es un tiempo en que se vuelve a poner todo en orden” (la cursiva es mía). Exagerada como era -según descripción de su nieta, Laura Palomares Güells- puede que escogiera morirse antes de esa fecha simbólica para no renovar nada que no pudiera o no deseara concluir. No le gustaba dejar tareas a la mitad y horas antes de abandonar el mundo, mantuvo con Miquel Palomares -su hijo- una conversación exhaustiva sobre el estado de su hacienda; una causalidad que podría haber novelado García Márquez y que causó que Palomares se situara al frente de la nave que ni él ni su madre imaginaron que gobernaría. “Sí, me encontré, de un día para otro, en la empresa que nunca pensé comandar”. Le acompañan, desde entonces, rostros de siempre y algunos nuevos, como el de Laura en el departamento de derechos de traducción.
Fallece la agente literaria Carmen Ballcells
Por Eduardo Mendoza
Comimos mano a mano, en su casa, hace apenas unas semanas. Había preparado, como de costumbre, un banquete descomunal para mí y un plato minúsculo y apenas nutritivo para ella. Como de costumbre, se comió su ración y la mitad de la mía. Estaba animada y divertida, hablamos de todo, lo pasamos bien, salí contento del encuentro.
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