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bozalongo

01/04/2015@21:05:13

A veces, nuestra casa es nuestro propio cuerpo, un lugar perfecto en el que derramar recuerdos como gotas de lluvia, o quizá, donde soñar para acertar con el pasado. Efímero e imposible el deseo de construir el mundo a través de un poema. Heroica y majestuosa la posibilidad de hacerlo.


Las almendras..., doradas y blancas. Las sábanas..., bordadas de unas flores que parecen proyectadas por un rayo láser sobre la cama. Y al lado; al lado un cuerpo de mujer..., de dorados cabellos y blanca piel. Estética y sueño. Dulzura y miedo. Todo y nada..., bajo el influjo de ríos manchados de sangre, mares de aire que no pesan o cables de luz que transmiten notas de música.
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