Desde luego es el libro del momento, y no solo por el asunto que aborda —tan presente como de apremiante solución— sino porque su autor es el hombre más significativo de nuestra época; ¿o acaso sin su aportación o la de Steve Jobs —quizá más genial, pero mucho más restringida por razones meramente mercantiles— nuestra vida trascurriría del mismo modo en la actualidad? Por supuesto que no. Pero esta constatación tampoco hace falta que la proclamemos como las verdades de la fe: con una férvida jaculatoria; simplemente, basta con que reparemos, por unos segundos, en el chisme —sea un PC, un Mac o un smartphone— donde estamos leyendo estas líneas para darnos cuenta de su inmensa presencia en nuestra cotidianidad y descubrirnos, silenciosamente, en deuda con él.