www.todoliteratura.es

Begoña Ameztoy

PLAZA DE GUIPÚZCOA

20/07/2021@02:00:00
“Sé lo que es llevar el 10 en la camiseta y que vayan a por ti.” La frase no la he dicho yo en uno de mis delirios megalómanos, sino el defenestrado Iván Redondo. Comparto su tesis, pero como cantaba Lina Morgan, agradecido y emocionado tenía que estar.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Tengo un pacto de sinceridad con mis lectores y no pienso romperlo. Ni siquiera en tiempos de pandemia. Respeto mucho a la gente que ha echado de menos abrazarse y besarse, pero te confieso que para mí ha sido lo único bueno del Covid.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

La culpa es mía por entrar al trapo en las movidas de Sánchez y su “troupe”. Solo le faltaban los indultos a una masoca como yo para rematar la jugada. Vivo amargada y encabronada. Estoy perdiéndome cosas mucho más importantes y maravillosas.

Hay cosas que no tienen explicación. Y no me refiero a la cumbre bilateral Biden-Sánchez. Somos muy tiquismiquis con el Presidente de Gobierno. España es un país de hombres de poca fe.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Llevo una semana en Barcelona. Necesitaba achicharrarme al sol. Siempre busco el sol, el vellocino de oro de los Argonautas. Vuelvo a Barcelona porque está en el Mediterráneo, como dice Serrat. Y porque me pilla más a mano que Ceuta o Melilla. Allí tampoco está el horno para bollos, pero no sé si prefiero el carajal marroquí o el pifostio catalán.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Dice un famoso coach de esos que te cobran un pastizal por soltar obviedades y paridas, que digerir el éxito es más difícil que gestionar el fracaso. Mira, colega, dos cositas te voy a decir, la primera, que coach tenías que ser. Y la segunda, que el acervo popular lo ha sentenciado mejor que tú: “Dios da pañuelo a quien no tiene mocos”.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

El príncipe Harry ha venido sin su churri al funeral de su abuelo. Meghan no le ha dado opción. “Mira cari –le ha dicho- estoy súper liada y mega embarazada, vas tú solito que ya sabes por dónde me paso yo a la Casa de Windsor”. La que manda es ella. Eso se nota mucho en una pareja. Eso y otras cosas, también.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Para que luego digan que las redes sociales son cutres. Esta frase de Bernard Shaw, premio Nobel de literatura la he leído en Instagram: “Los políticos y los pañales deben cambiarse con frecuencia, ambos, por la misma razón”. Ni yo lo hubiera expresado mejor.

Llegas a una edad en la que solo quieres hablar de ti misma. Dar la chapa como esas viejas folclóricas cargadas de joyones. Sara Montiel rodando “Veracruz” con Gary Cooper o Marujita Díaz viviendo las noches locas marbellíes con Espartaco Santoni. No quiero traumatizarte, pero seguro que los chicos, chicas, chiques, confinados en Malta, no tienen ni zorra idea de quiénes estamos hablando.

La nueva novela de la escritora donostiarra Begoña Ameztoy lleva por título "Los amores ingenuos", una fábula muy actual sobre el mundo de la televisión, que tan bien conoce. Si en alguna ocasión los amores fueron ingenuos, después de leer este libro nadie podrá seguir opinando que existen en la actualidad.

El presidente americano está de gira por Europa. Quiere liderar las democracias del mundo porque no se fía un pelo de China. Como de momento, y si Mohamed VI no lo impide, España está en Europa, se admiten apuestas sobre si Joe Biden se entrevistará con Pedro Sánchez.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Los Medios de este país dejan mucho que desear. Nos machacan con revanchas y venganzas, pero no sabemos si Rociito Carrasco fue a Moncloa a desayunar. Lo cierto es que el presidente la llamó y ella cogió el teléfono. A su hija no se lo coge, pero a Moncloa, perdiendo el culo, tío.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Cuando eres joven lo quieres poner todo patas arriba. Dicen que en la madurez despierta el “sentido común”. Me parece una gilipollez. A mí en la madurez se me ha despertado el sentido del humor que es más importante. Saber reírse de uno mismo y de toda la peña, debería ser asignatura obligatoria desde preescolar.

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Lamento decepcionar a tanto buenista que anda suelto, pero a mí la pandemia me ha hecho aún más borde y escéptica (si cabe) con los poderes fácticos. Una vez más demuestran que no merecen el pastizal que les pagamos.

Menos mal que nunca me he tomado en serio a Irene Montero. Si no, estaría acojonada después de verla predicar su catecismo feminista en el “pulpillo” del “Sálvame”.