PLAZA DE GUIPUZCOA
En su arenga a las masas, el secretario general de la UGT ha mandado a hacer puñetas a la patronal, a la CEOE, al BCE, a ti y a mí y a todos los agoreros que dicen que viene una crisis y una “recisión” (ha dicho recisión). Y ha dicho también que no nos van a amargar el verano porque el verano es nuestro.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
“Alea jacta est”, dijo Julio César al cruzar el Rubicón. La suerte está echada. No es un buen día para el análisis. Ahora mismo solo sé que no sé nada, pero en peores garitas electorales he hecho guardia.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Voy a intentar no escribir obviedades del rey emérito. Se le ha pedido discreción, ejemplaridad, transparencia, rendir cuentas, pedir perdón, propósito de enmienda y humildad. Incluso denunciaron que la ropa que llevaba era cara y de marca (échale güevos) y algunos periodistas (por llamarles algo) hicieron un cálculo aproximado del look real.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Hay que dar una patada en el culo al refranero. Ya no se puede decir “nos engañan como a chinos”, por racista y tendencioso. Los chinos se van a comer el mundo. De entrada le están comprando a Rusia a buen precio todo el gas que Europa rechaza por la milonga de las sanciones.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
No sé cuántos broches de solapa puede tener Nadia Calviño. Como para poner un mercadillo, tío. Cada vez que saca uno, lo apunto: Una libélula, un zurullo, una flor, lleva unos cincuenta desde que es ministra.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Llámame loca, terraplanista o conspiranoíca, pero el tren de alta velocidad no va a llegar nunca al País Vasco. Harán una performance como los yanquis en la luna y nos quedaremos apeados. Igual que Casado en el World Congress sevillano.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Yo creo que mucha gente miente, no dice lo que piensa o no dice la verdad. No te equivoques, son cosas distintas. Si mientes, tienes intención de engañar, y eso es pecado, que lo sepas. Como cuando Joe Biden dice que agradece la firmeza y unidad de Europa. Al yanqui le importa Europa lo mismo que a mí la Champions League. Cero pelotero.
|
PLAZA DE GUIPÚZCOA
De todos los privilegios que envidio de Letizia (y son muchos) me priva que vaya a los actos oficiales sin bolso. Ni un clutch de Hermès, ni un handbag de Vuitton. Manos libres. Sabe que cualquier cosa que necesite, alguien se la traerá. Un klennex, un espejito mágico, un paracetamol o un támpax 5G. Y esto no solo le ocurre a Letizia.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Esta es mi teoría más original y menos empíricamente demostrable. Tampoco es demostrable la ley Espacio-Tiempo de Einstein y el tipo pasa por ser un genio. Te propongo un juego. Busca tu foto de comunión, obsérvate con desnuda objetividad, como si no conocieras a esa inocente criatura que te mira ¿Qué ves en su mirada? Esa es la cuestión.
PLAZA DE GUIPUZCOA
No es cuestión de si estás conmigo o contra mí. En esta columna puedes ir a tu bola cuando opino de Pegasus, Sánchez o la ministra de Defensa. Por cierto, a cada cual lo suyo, Margarita Robles aguanta el tipo como una cosaca ucraniana. Eso sí, yo en su lugar me quitaría la mascarilla en el Congreso.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
Eso de “la familia bien, gracias” es una “fake”. Si no tienes un cuñado cabroncete, te toca una suegra petarda como la madre de Ben Affleck o una nuera insaciable como Jennifer López. La Jenni ha exigido a su churri cuatro cópulas a la semana por contrato. Eso es acoso, tía. Donde hay confianza, da asco.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
La felicidad es irte a la cama con la conciencia tranquila y dormir ocho horas. No necesitas pegar un pelotazo de un millón de euros vendiendo mascarillas como el hijo de la Naty. Su socio será un plebeyo (pa`la saca) pero sus colegas son pijos de pedigrí y no le van a perdonar esta cutrez.
PLAZA DE GUIPÚZCOA
No creo que el “Nuevo Orden Mundial” sea un cuento con final feliz. No nos enteramos de lo que se está cociendo, tío. Y eso que yo me lo curro en redes sociales. Sigo en mi trinchera viendo venir las bofetadas. Me río yo de la de Will Smith por defender a su mujercita.
PLAZA DE GUIPUZCOA
No es fácil hacerlo bien. Guiñar un ojo es más que una mueca sutil, graciosa o cómplice. El guiño encierra un lenguaje oculto y secreto. Es como bailar. No vale aprenderse los pasos.
|