07/05/2021@08:00:00
El día 4 de julio de 1934, en una de las sesiones más roncas de la Segunda República, tras la intervención de José María Gil-Robles, uno de los diputados de la CEDA llamado Jaime Oriol se lanzó al cuello de uno de los diputados socialistas Juan Tirado Figueroa y le propinó un puñetazo. Varios diputados socialistas acudieron en su defensa, entre ellos Indalecio Prieto que sacó una pistola y apuntó al político de derechas. Indalecio Prieto alegó que un diputado de la CEDA había sacado otra unos minutos antes. Por desgracia las balas y las pistolas no son nada nuevo en el Congreso de los Diputados, la única forma de que no hablen las balas es que lo hagan los libros.
Hace aproximadamente un año, en esta misma página les dejaba un artículo titulado “ Los libros de viajes”. Trataba del auxilio que les prestaría este género ante la privación de todo tipo de excursiones que se nos vino encima con las restricciones de la epidemia, y para el caso les recomendaba algunos títulos, subrayando un par de ellos por colosales: La descripción de Grecia (s. II d. C.) —o también conocido como Los viajes de Pausanias— y El periplo (entre 1350 y 1368) —en España, titulado A través del Islam—, de Ibn Battuta, el Tangerino; tomazos que fueron ignorados hasta el s. XIX, pese a constituir enormes —y hoy imprescindibles— corografías para historiadores y arqueólogos; el primero, de la Grecia Clásica —ya en su romanizado declive—, y el otro, de los sucesivos reinos musulmanes, desde el Mediterráneo hasta las ensoñadas islas de las especias, con un largo retorno por la reverberante y estremecedora soledad del Sahara.
Concluía mi primera aproximación a la mujer y poeta Pilar Quirosa con los versos finales del poema “Moonligt”, perteneciente a su libro “Estela sur”, que en su día tuviera a bien dedicarme del literal siguiente: “A vosotros, José Antonio y María Isabel, mis amigos en este Sur, a vuestros hijos, Macarena y Javier y, especialmente a vuestro nieto, Juan, con las ramas abiertas hacia lo mejor del futuro, lleno de sensibilidad y esperanza. Un abrazo grande.Firma y fecha: Almería, 14/9/10”. De esto hace ahora once años. Pero la luz de su palabra sigue guiando a quien esto escribe, desde el amor por la poesía y la literatura como forma de vida y compromiso con la otredad, que siempre vivió en Pilar, en carne y alma, porque ella siempre me acompaña, nos acompaña en humano y solidario sentir. Cada día y cada noche que su recuerdo fluye por la estancia donde sigo componiendo versos y sueño, es más dolorosa su ausencia. Saber que ya no está entre nosotros es un duelo permanente que solo logro calmar con la lectura de sus libros, con la presencia de su palabra que ahora reposa sobre me mesa en forma de tratados de verdadera amistas y compañerismo, por mucho que en ocasiones hubiera las discrepancias propias de seres diferentes, pero respetuosos con el pensamiento individual de cada uno.
Sin lugar a dudas, a cualquier lector de la literatura greco-romana le resultarán sorprendentes las abundantes referencias a la brujería y a la magia negra que existen en sus obras. Desde la varita con la que la maga Circe convierte a los compañeros de Ulises en cerdos en la Odisea de Homero, hasta las terribles brujas que aparecen en el Asno de oro de Apuleyo; por no mencionar los cuentos de fantasmas de Luciano de Samosata o las espeluznantes resurrecciones de muertos que se leen en las Etiópicas de Heliodoro o la Pharsalia de Lucano.
Ya tienen ustedes en los escaparates de las librerías la nueva biografía de Javier Krahe: Ni feo, ni católico, ni sentimental; la anterior, la de Ángel Vivas, es inencontrable y, además, se quedó detenida allá por el 1991, cuando se publicó. Esta llega hasta el final (por desgracia), aunque, para compensar, Federico de Haro la ha escrito con una ilusión contagiosa, ante la que no fuimos inmunes cuantos aportamos nuestro testimonio, tanto que aguardábamos ansiosos por verla editada desde hace al menos un par de años cuando se anunciaba como inminente.
La dimensión mitológica del viejo Oeste es comparable a la griega. El clasicismo de ambas propuestas trasciende el imaginario colectivo y las convierte en universales, ya moren en la pradera o en el monte Olimpo.
Es difícil leer la obra literaria de una celebridad histórica sin que se imponga ya no solo la simpatía o la antipatía que nos provoque, sino también esa viciosa pedantería de buscar entre las afirmaciones y los renuncios de sus personajes ficticios las más nítidas justificaciones de sus acciones reales.
La personalidad creadora del autor de Estrella distante se deja sentir en sus obras. La singular óptica con la que abordaba la literatura hacia de esta un arca donde embarcar las especies literarias de su sobresaliente imaginario.
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Lamento la decepción de los lectores que piensan encontrar un artículo sobre aquel mítico guerrillero argentino-cubano de los años sesenta. Estas líneas están dedicadas a ese vocablo rioplatense tan difundido en el mundo, que además del nombre de la letra CH, es otro reemplazante del TÚ que tanto nos cuesta.
Te he buscado en todas mis albas y ocasos
y he tendido hacia Ti mis manos y mi rostro.
Por Ti suspiro con corazón sediento y asemejo
al pobre que pide por puertas y umbrales
La Málaga de hace mil años dio al mundo un fruto perfumado de tres culturas. Los musulmanes lo llamaron Abu Ayyub Sulaiman Yahya Inb Yabirul; Avicebrón o Avencebrol los cristianos, y los suyos -los judios- Rabí Shelomó Ben Yehudá Ibn Gabirol (de acróstico RASHBAG).
«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
El benemérito historiador Francisco Ledesma Gámez, archivero y bibliotecario del Ayuntamiento de Osuna, archivero del Archivo Municipal de Osuna y autor de los excelentes libros, entre ellos: Las murallas de Osuna (J.J. Iglesias Rodríguez y F. Ledesma Gámez, Sevilla, 2003) o La toga y el pergamino (Sevilla, 2014), así como múltiples artículos, en uno de sus recientes trabajos intitulado: «Un oscuro episodio: Cervantes, la Universidad de Osuna y Rodríguez Marín», que se contiene en: Trigo y aceite para la Armada. El Comisario Miguel de Cervantes en el Reino de Sevilla, 1587-1593 (Sevilla, 2015, 55-74), pone en letras de molde un documento inédito sobre el cordobés Juan de Cervantes, abogado del Real Fisco del Tribunal de la Santa Inquisición, de Córdoba.
Hoy, veintiocho de marzo de 2021, la poeta oriunda de Tetuán y almeriense de adopción Pilar Quirosa-Cheyrouze, cumpliría sesenta y cinco años. Hace ya dos de su muerte y hasta ahora no he podido escribir una sola línea sobre su vida y obra, aunque fueron muchos los días en los que algún detalle, un verso, un libro o un proyecto literario me la recordara. Después del tiempo transcurrido, una vez en calma y desde la quietud del duelo que siempre estará presente para quien la consideró una buena amiga y magnífica poeta, escribo este artículo.
A veces tenemos una opinión manida y manipulada de la Historia. Es cierto que las mujeres han estado sometidas y doblegadas por el hombre, sobre todo por su papel clave en la maternidad, pero no lo es menos, que una gran parte de los hombres también se vieron sometidos a las arbitrariedades y control de las élites políticas.
Este año en Centroamérica estamos celebrando el bicentenario de nuestra independencia. Durante 200 años, esta región ha visto nacer a incontables personalidades. Todas ellas nos han dejado un legado extraordinario e inolvidable, especialmente en lo literario, y este, “el año del bicentenario”, es la excusa perfecta para rendirles un merecido homenaje a todos los héroes que lucharon por nuestra soberanía. A la par, también estaremos homenajeando a los grandes hombres y mujeres que han hecho historia dentro y fuera del abdomen de América.
Se lo oían decir frecuentemente sus familiares y amigos: Yo nací en el año cero. Lo dejaba caer con esa guasa aragonesa con la que, según su hija Carmina, aderezaba ella frecuentemente su conversación. Y no le faltaba razón a María Moliner para decir esto, porque en efecto, ella fue una de las inauguradoras del siglo XX, de las más ilustres además.
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