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artículo literario

Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra
30/05/2021@11:00:00

La nueva perla documental, dejada en tintero por los biógrafos cervantinos en los últimos 131 años, fue redescubierta por el benemérito profesor Jorge Alberto Jordán Fernández, doctor por la Universidad de Sevilla, cuya trascripción fue efectuada de una forma correcta y completa por el documentalista Javier Serrano Pinteño, y por primera vez se dará a la estampa en mi «Vida de Miguel de Cervantes Saavedra».

GALERÍA DE ESCRITORAS SINGULARES

Florencia Pinar se salvó del seudónimo, y sin pelos en la lengua firmó tal cual, con su nombre y su apellido. Cantó al amor más femenino en una época convulsa llena de contrastes y sospechas.

Editorial Alderabán/Alfonsípolis. 2021

En el presente libro (MI 6ª LIBRO DE HISTORIA) tengo el placer, perseguido durante mucho tiempo, de acercarme al monarca leonés y europeo más importante de la primera mitad del siglo X. Su fuerza, su poder, su magisterio imperial y su idiosincrasia aureolan toda su vida. No estaba destinado a ser monarca primigenio, ya que era el tercer hijo de un padre muy importante.

Cuando las noticias que nos llegan son de un auténtico caos y no sabemos en ocasiones para donde mirar... y leemos los distintos artículos firmados por la escritora Arundhati Roy y su «Corazón sedicioso. Ensayos reunidos».

Una de las consecuencias que aparecerá para las personas que en España leerán el libro “Las raíces de Europa” será la de cerciorarse cuánto ADN de origen báltico contiene su sangre. Ya lo hizo el historiador y autor del prefacio de “Las Raíces”, Joaquín Javaloys: “…se deduce que los españoles tenemos un componente báltico en nuestro ADN de un porcentaje que suele ser de un 7 a un 14 por ciento”. Para los lectores que en su familia tienen personas de apellido Rodríguez, Galindo o Galindez, la respuesta será fácil, porque su ascendencia goda, o modernamente llamada “báltica”, está signada en estos apellidos.

«De entre la gran diversidad de testigos del fenómeno ovni sin duda son los pilotos, civiles y militares, los más cualificados por su experiencia aeronáutica. A ellos se deben normalmente los informes más precisos y ricos en datos sobre avistamientos y maniobras de objetos volantes no identificados. Sin embargo, los dossieres por ellos proporcionados permanecen casi siempre celosamente custodiados por los Gobiernos bajo el sello de Top Secret». Abrimos este artículo con las palabras escritas en su momento por un joven estudioso de nombre Manuel Carballal - un hombre tranquilo que ha publicado una de las primeras biografías en torno a un personaje llamado Carlos Castaneda celebrándose en estos días 23 años de su muerte y que Carballal ha intentado describir en su «La Vida Secreta de Carlos Castaneda» cuyo libro «Las Enseñanzas de don Juan» ha dado pie a todo un fenómeno editorial.

Hace aproximadamente un año, en esta misma página les dejaba un artículo titulado “Los libros de viajes”. Trataba del auxilio que les prestaría este género ante la privación de todo tipo de excursiones que se nos vino encima con las restricciones de la epidemia, y para el caso les recomendaba algunos títulos, subrayando un par de ellos por colosales: La descripción de Grecia (s. II d. C.) —o también conocido como Los viajes de Pausanias— y El periplo (entre 1350 y 1368) —en España, titulado A través del Islam—, de Ibn Battuta, el Tangerino; tomazos que fueron ignorados hasta el s. XIX, pese a constituir enormes —y hoy imprescindibles— corografías para historiadores y arqueólogos; el primero, de la Grecia Clásica —ya en su romanizado declive—, y el otro, de los sucesivos reinos musulmanes, desde el Mediterráneo hasta las ensoñadas islas de las especias, con un largo retorno por la reverberante y estremecedora soledad del Sahara.

Concluía mi primera aproximación a la mujer y poeta Pilar Quirosa con los versos finales del poema “Moonligt”, perteneciente a su libro “Estela sur”, que en su día tuviera a bien dedicarme del literal siguiente: “A vosotros, José Antonio y María Isabel, mis amigos en este Sur, a vuestros hijos, Macarena y Javier y, especialmente a vuestro nieto, Juan, con las ramas abiertas hacia lo mejor del futuro, lleno de sensibilidad y esperanza. Un abrazo grande.Firma y fecha: Almería, 14/9/10”. De esto hace ahora once años. Pero la luz de su palabra sigue guiando a quien esto escribe, desde el amor por la poesía y la literatura como forma de vida y compromiso con la otredad, que siempre vivió en Pilar, en carne y alma, porque ella siempre me acompaña, nos acompaña en humano y solidario sentir. Cada día y cada noche que su recuerdo fluye por la estancia donde sigo componiendo versos y sueño, es más dolorosa su ausencia. Saber que ya no está entre nosotros es un duelo permanente que solo logro calmar con la lectura de sus libros, con la presencia de su palabra que ahora reposa sobre me mesa en forma de tratados de verdadera amistas y compañerismo, por mucho que en ocasiones hubiera las discrepancias propias de seres diferentes, pero respetuosos con el pensamiento individual de cada uno.

Retomo la lectura de la obra poética de Pilar Quirosa con el libro “Et signa erunt”, que en su traducción viene a decir algo así como “Y las señales son”, publicado por el Ayuntamiento de Málaga en su, desgraciadamente desaparecida, colección “Ancha del Carmen”, título tomado en recuerdo de uno de los lugares más castizos o emblemáticos de dicha ciudad.

Me ha costado escribir esta nenia a José Manuel Caballero Bonald, porque la prensa durante estos días ha publicado, bien por el conocimiento de su prolija obra o bien por la cercanía con el escritor jerezano de sus autores, necrológicas muy notables y mucho más enjundiosas de cuanto acertase yo a decir. Y por otra parte, disponiendo de esta página, me resistía a dejar pasar una ocasión tan crucial como su fallecimiento, sin recordar una intención que adiviné durante la lectura de una de sus novelas, y que luego he encontrado explicada en alguna de sus entrevistas donde se abordaba ese empeño directa o tangentemente, mientras que en la actual narrativa de nuestro país tal propósito de Caballero Bonald parece rechazado si no es ya perseguido con un silente encono, por mucho que todo el universo libresco español se haya deshecho la semana pasada en elogios y en otros ditirambos laudatorios a su figura.

The Encyclopaedia Britannica poorly affirms that Melville's Moby Dick (1) admits “numerous, if not seemingly infinite, readings” (2), and that the keys to understand it are the biblical verses and names. This suggestion is based in the old hermeneutics, whose three mainstays are: “mystice”, “allegorice”, “symbolice”.

El poemario del escritor invita a conocer el infinito de la realidad y el abismo de los sentimientos desde una visión personal y trascendente del tiempo y de la vida. Versos encarnados en experiencias llenas de lucidez y desvarío. Un juego de luces y sombras que sorprende siempre al lector.

El día 4 de julio de 1934, en una de las sesiones más roncas de la Segunda República, tras la intervención de José María Gil-Robles, uno de los diputados de la CEDA llamado Jaime Oriol se lanzó al cuello de uno de los diputados socialistas Juan Tirado Figueroa y le propinó un puñetazo. Varios diputados socialistas acudieron en su defensa, entre ellos Indalecio Prieto que sacó una pistola y apuntó al político de derechas. Indalecio Prieto alegó que un diputado de la CEDA había sacado otra unos minutos antes. Por desgracia las balas y las pistolas no son nada nuevo en el Congreso de los Diputados, la única forma de que no hablen las balas es que lo hagan los libros.

Lamento la decepción de los lectores que piensan encontrar un artículo sobre aquel mítico guerrillero argentino-cubano de los años sesenta. Estas líneas están dedicadas a ese vocablo rioplatense tan difundido en el mundo, que además del nombre de la letra CH, es otro reemplazante del TÚ que tanto nos cuesta.

Te he buscado en todas mis albas y ocasos
y he tendido hacia Ti mis manos y mi rostro.
Por Ti suspiro con corazón sediento y asemejo
al pobre que pide por puertas y umbrales

La Málaga de hace mil años dio al mundo un fruto perfumado de tres culturas. Los musulmanes lo llamaron Abu Ayyub Sulaiman Yahya Inb Yabirul; Avicebrón o Avencebrol los cristianos, y los suyos -los judios- Rabí Shelomó Ben Yehudá Ibn Gabirol (de acróstico RASHBAG).