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artículo de opinión

01/05/2023@06:06:00

Cuando estaba remitiendo a esta revista mi anterior artículo quincenal sobre los chismorreos que, desde hace algunos años, intentan afear la formidable contribución de Pablo Ruiz Picasso al arte de s. XX, me enteré de la muerte de mi gran amigo Carlos Tena. Cambiar urgido por la tajante noticia aquellas líneas por cuanto pretenden estas, hubiese resultado precipitado y, por tanto, sumamente desconsiderado con Carlos. De modo que decidí posponer su homenaje hasta esta entrega.

De todas las imputaciones con que Boadella sancionó el papanatismo posmoderno en su obra 'El Pintor', una es perfectamente consonante con el Cincuentenario Picasso. Tras calificarlo como 'El Atila de las artes" -por donde pasó no volvió a crecer la pintura- a su juicio, el padre del cubismo convirtió la pintura en una industria de producción intensiva. Resultado: de ahí en adelante, el Reina Sofía, el Moma o el Guggenheim no son otra cosa que tanatorios del arte. "Una burbuja financiera saturada de cadáveres exquisitos".

PLAZA DE GUIPÚZCOA

Hay gente cutre y miserable. Y luego están los que roban el papel higiénico en los baños. Dirás que la culpa es mía por no meter kleenex en el bolso. Vale, siempre lo llevo, pero te puedes olvidar, tío.

Punto uno: Donostia a dos velocidades. Tras presentarlo como si nos cayera de los cielos de IBM, nos anuncian para 2024 la llegada del superordenador System One, con el que nuestra ciudad se situará a la cabeza del mapa global de la cuántica. Esperemos que no lo haga a la velocidad del AVE que nos prometieron, ¿para cuándo? Punto dos: mentes cibernéticas y humanas, también a dos velocidades.

La Inteligencia Artificial no es nada nuevo, pero su acceso al gran público con aplicaciones como Chat GPT, Frase.io o Deep L. ha puesto en guardia a muchos sectores y profesionales que temen que la IA pueda crear contenidos sin la necesidad de que autores, periodista o traductores intervengan. ¿Es cierto que la Inteligencia Artificial puede llegar a sustituir a los escritores?

PLAZA DE GUIPÚZCOA

En la última foto que he visto de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, parece que se está dejando bigote. Dirás que es un efecto óptico, vale. Y también mala baba y mala praxis de algún fotógrafo de prensa estreñido, que haberlos, haylos.

Según todos los síntomas este verano será estremecedor; el Rin discurre en estos días con una mengua de caudal notable; el Ródano, que durante el estío anterior llegó atravesarse caminando, podría reducirse a un regato de fango, y sobre el majestuoso Po, qué decirles si ya la canícula pasada lo convirtió en un gigantesco zanjón con desnudos pedregales; de seguir así, pronto nos despediremos de su ubérrimo delta, aquel de La novela de Ferrara (1953-74), de Giorgio Bassani; ¿la recuerdan?

Hagamos abstracción de lo ideológico. ¿A qué asistimos durante la moción de censura protagonizada por Ramón Tamames? Más que a un debate político, a una escena quijotesca cruzada con otra pedagógica. Un Don Quijote de 89 años, sin otra armadura que la de un viejo profesor, daba su última lección, en fondo y forma, a un Congreso de adolescentes.

El gran aporte de la IA a la humanidad es que nos permite desentendernos del estado de la IH, Inteligencia Humana, esa que se encuentra fuera de las nubes.

Cuando era niño y, como dijo Cela, en este país mandaba un célebre general gallego que salía en los sellos de correos, todos sabíamos que Picasso era el pintor más importante del mundo, aunque no pudiese pisar España o no le diese la gana, dado que Porcioles le había puesto un museo en Barcelona y no dejaban de visitarlo los turistas; y entonces, los turistas y los americanos eran lo primero; después, veníamos todos los demás, en cola y sin rechistar.

Me está cargando Letizia con tanta posturita. Dirás que lo medular es que cumpla sus obligaciones. Sí, pero a veces las formas importan más que el fondo. Por cierto, a ver si arreglamos esa bronca de enamorados con Felipe, que también va en el sueldo.

Cien años atrás los Sanfermines eran una fiesta local que no congregaba más de veinte mil personas. En 1959 Hemingway se quejaba de las cien mil que invadían Pamplona por esas fechas. Hoy superan el millón. Datos que documentan la explosión del turismo global. En los años de Hemingway movía a veinticinco millones de almas errantes alrededor del planeta. En 2019, mil quinientos millones. Eleve su mirada al cielo: sobre su cabeza y cada instante, medio millón de aeronautas low cost vuelan en busca del santo grial de un todo incluido en el Caribe, una escapada mística a la India, o un ápice de playa bajo la jungla de sombrillas de Benidorm.

La hermosa “Ciudad Blanca”, emporio meridional del Perú, debe su nombre a varias hipótesis igualmente fascinantes. En la versión aimara Ari-quepa significa “Detrás de la Cumbre”, mientras que en la quechua Are-quepay se traduce por “Sí, quedaos”. En cualquier caso, el majestuoso volcán Misti preside su historia, pasada y presente, y también enseñorea su orgulloso blasón otorgado por el César Carlos. Y debe su fama actual al escritor hispanoperuano y Premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, por ser su solar natal, patria chica tan relevante en el mundo hispánico de ambos hemisferios, como bien indicó la Constitución gaditana de 1812.

«Oh dulce España, patria querida», Miguel de Cervantes Saavedra

El benemérito escritor abulense José Antonio Hernández de la Moya, Socio de Honor de la Sociedad Cervantina de Esquivias y miembro de RTVE, galardonado, inter alia, con el primer premio de la IV Edición del Certamen literario Relatos X Justicia, autor de sobresaliente serie de «El Espíritu de la transición», «El espíritu de la Navidad», la novela «Yo, abo. Un viaje de autodescubrimiento y al metaverso», y ahora nos presenta perlas de sabiduría en su obra maestra: Apuntes de sabiduría: una guía para despertar de la Consciencia, divulgada por el excelente Grupo Editorial Amarante (2021), y dedicada a «todos los hombres y mujeres que anhelan un mundo más justo, solidario, armónico y feliz» (J. A. Hernández de la Moya, 9).

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Me gusta comer las lentejas y los garbanzos con tenedor. Después rebaño el agüilla y los restos de verduras con la cuchara. Quizás sea una rareza patológica, pero ya sabes que me acepto como soy.