23/07/2017@10:18:00
Tres ideas procedentes de la razón pura, enseña Kant, rigen nuestra vida: alma, mundo y Dios. Las tres generan preguntas inevitables y sin respuesta posible. He aquí ejemplos: ¿somos inmortales?, ¿somos libres? Luego, vivimos con ellas, es decir, fraguando ideales, enjuiciando las cosas con ellos, errando, planteando hipótesis para conocer el origen del errar y bregando para aceptar lo que no podemos cambiar, como dicen que dijo San Francisco de Asís, o para mudar la naturaleza y la fortuna. Lo dicho, para ser formulado, necesita lenguaje vivo, expresivo, verídico, o en una palabra, shakespeariano.
El vulgacho, al oír la palabra “poesía”, imagina magias, inspiraciones y sensiblería, y al oír la palabra “filosofía” imagina vagabundeo intelectual, conjeturas cósmicas y teorías deformadoras. La poesía se ha convertido para mí, que la frecuento diariamente, en instrumento epistemológico, en vía intuitiva, y la filosofía en maquinaria de destrucción de ilusiones, quimeras y laxitudes conceptuales, y también en útil para movilizar lo estático, para silogizar.
No hay libertad absoluta, pero sí grados de libertad. El esclavo con gran imaginación literaria es más libre que el neoyorquino atado a la ambición monetaria. Poetizar lleva a la ataraxia, mas no el acumular riquezas que pueden ser robadas o maltratadas.
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La literatura se ha convertido en negocio. Nada es lo que parece ser. Por eso no es extraño que en España la gente no lea
Así se titula una película (1977) de Luis Buñuel, con Ángela Molina y Fernando Rey, la última del gran cineasta aragonés. El título resume su argumento, un señor maduro que desea a una mujer joven. Lo demás es fácil imaginar, aunque no lo sea tanto convertir esa frustración amorosa, común entre las personas, en obra de arte. Transformar lo cotidiano en arte es muy difícil de conseguir.
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Discernir la naturaleza espiritual de quien ha sido el poseedor de las palabras al pronunciarlas es una pauta, una actitud elaborada hace ya mucho tiempo y que pervive todavía fresca en los códigos sociales.
Hay, dice Kant, tres tipos de objeciones que todo buscador de verdades conocerá en su andar por el necio mundo, a saber: las dogmáticas, las escépticas y las críticas.
El concepto moderno de socialismo nació con la Revolución Industrial y con las primeras críticas a sus consecuencias sociales
El término “socialismo” tiene su propia Historia. En este artículo intentaremos ofrecer algunas claves del origen de un concepto fundamental.
La victoria de Donald Trump a pesar de tener a toda la prensa mundial en contra nos predice una nueva época donde los medios informativos han dejado de ser influyentes. Una nueva época donde quien maneja hábilmente las redes sociales puede hacerse con el poder. Es una época donde finaliza la práctica de difundir noticias veraces, contrastadas, para que todo un aluvión de mensajes sin rigor, pero que llegan a millones de dispositivos móviles en segundos, dejen su huella en resultados electorales no previstos.
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Ser madre es un estado no una condición. Es aprender para siempre la diferencia entre antiinflamatorio, antiséptico, antidiurético y antihistamínico. Cocinar aburrido. Cambiar las botas molonas, las de punta de acero y piel, por unas zapatillas de deporte con cámara de aire. Lavarte el pelo una vez a la semana y enjuagártelo una vez al mes. Leer un libro al año y hacerlo por párrafos, no por hojas. Olvidarte de la nouvelle vague, el neorrealismo italiano y, por supuesto, olvidarte de ir a ver la última película de Haneke.
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Por Eva Losada Casanova
Cuando hablo de la intencionalidad de la escritura, mi memoria regresa una y otra vez, como niño hambriento, a uno de los grandes personajes del escritor madrileño Luis Landero. Recuerdo como, a lo largo de la lectura de El guitarrista, este personaje se pasea por los rincones de su vida exclamando a los cuatro vientos que está escribiendo una novela, lo hace con una mezcla de altanería y desasosiego. ¡La novela del eterno novelista! Aquella que no solo nunca se acaba sino que comienza cien veces, quizá mil. La edad temprana es ese campo de cultivo en el que la romántica idea de ser escritores va y viene como una cometa. Colorida y libre. Queda muy bien hacer volar nuestra cometa mientras compartimos unas tapas en un bar o bajo un hipnótico y peligroso cielo estrellado. El problema es que llega un momento en el que ese trozo de tela se hace pequeño en un cielo limpio y azul o bien cae en picado y descompuesto a nuestros pies.
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Por Margarita Melgar, autora de "El verano de nunca acabar"
A la gente le extraña muchísimo que Margarita Melgar seamos dos (Ana Sanz-Magallón y Montse Ganges), y que escribamos novelas. También escribimos guiones, pero esto no sorprende tanto: como espectadores ya sabemos que las películas son cosa de muchos. Pero como lectores, seguimos esperando que el autor sea esa Sherezade que se sienta a nuestro lado para susurrarnos solo a nosotros una historia, así que una novela escrita a cuatro manos suscita más preguntas. Por lo menos dos: cómo y por qué.
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Por José Calvo Poyato, Doctor en Historia y autor de “El espía del Rey”.
El éxito de la novela histórica, que va mucho más allá de una moda temporal -propia de la primavera-verano y del otoño-invierno-, al no haber dejado de gozar del favor de un importante número de lectores desde que Walter Scott publicara Waverley en 1814, ha planteado el debate sobre si es posible aprender historia leyendo novelas históricas.
Retengamos en la memoria una afirmación que Lotario dijo a Anselmo en "El curioso impertinente", de Cervantes, y meditemos de achaques antropológicos. La afirmación dice: "Es de vidrio la mujer".
Es necesario, al educar, que los jóvenes beban de las tres fuentes primigenias del conocimiento, esto es, juntar la estética, el estudio de lo bello, con la ética, el estudio de la bondad, con la lógica, el estudio de la verdad.
Alguien ha dicho, creo que acertadamente, que la grave crisis económica que asola los mercados internacionales no es tanto una crisis económica sensu strictu como una crisis del Humanismo, esto es, una crisis de criterio racional, de educación del sentido común...
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