10/02/2021@08:33:00
No hay nada más duro que dejar fija la mirada sobre los ojos del niño perdido y admitir que esa fue tu vida. ¿Y el resto? El resto fue caos y dolor. El hombre que fue Francisco Umbral se detiene en ese instante en el que mucho tiempo después supo disfrutar de la niñez que él nunca tuvo. Una niñez de pasillo vacíos y de la que ahora disfrutaba a través de otro: su hijo.