www.todoliteratura.es

a

29/08/2024@07:47:00

La soledad, para muchos, es una pesada carga. En casos extremos la soledad, en personas adultas, puede ser un riesgo grave para la salud. En cambio para el escritor o el poeta es un estado esencial. En la soledad, los vocablos cobran vida y las historias encuentran su forma. Podríamos decir, entonces, que la soledad no es una mera necesidad logística, sino más bien es un reflejo de un proceso interno. Es precisamente en el silencio de la soledad, donde el literato enfrenta sus miedos, sus dudas y sus esperanzas. Es decir, se trata de un diálogo íntimo con uno mismo. Y, en consecuencia, se exploran los recovecos más profundos de la mente. Como resultado, la musa teje puentes de palabras entre lo conocido y lo desconocido, revelando misterios ocultos y sueños olvidados.

Ed. Institución Fernán González. 1972
A pesar del tiempo transcurrido (52 años), estamos ante una de las mejores biografías del conde Fernán González de Burgos, que estimo, humildemente, debe ser conocida, más si cabe cuando todavía se puede encontrar en el mercado y adquirir sin problemas. Además, este ensayo pretendo que sea un homenaje al autor, al que conocí, tuvimos una buena amistad, y era muy respetuoso con el Reino de León. Será pues el momento de analizar lo que se pensaba, desde Castilla, sobre su conde por antonomasia, y tratar de desfacer entuertos, que siempre que aparece la agrandada historia de Castilla es justo y necesario. El autor, el carmelita fray Valentín de la Cruz, (1928-2021) fue un intelectual sensible e inteligente, muy respetuoso siempre con el Alto Medioevo, y muy riguroso en todos sus acercamientos historiográficos. Hoy se acerca al conde Fernán González de Burgos con su habitual magisterio.