16/07/2019@10:30:10
No podemos reprochar que una joven poeta como María Marín (Cieza, 1991) sea pesimista en sus poemas. La realidad en España no es muy alentadora para cualquiera que todavía no ha cumplido los treinta. Tampoco es más prometedora la prosperidad mundial, mucho menos, para quien confía parte de su futuro a las Humanidades; menos aún, si eres poeta. Lo cierto es que, sin saber si los futuros libros de esta autora incursionarán en la desesperanza que manifiesta en su primera obra, este afortunado intento dibuja un retrato bastante realista de un fracaso tácito y general que no solo sirve a su autora para hundirse en las ciénagas de la melancolía.