En estos tiempos de consumo la fiebre del deseo nos conduce por vías rápidas al encuentro de los cuerpos. Sin embargo, la relación erótica requiere de un inicio demorado, que los amantes den unos pasos a cámara lenta, donde el roce de la sugestión sea lo que conduzca a la emoción de quedarse disfrutando más tiempo, como una vela incapaz de consumirse.
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