Machadolibros, Madrid, 2017 (3ª ed.)
14/07/2017@21:16:30
No sólo por lo que cada artista aporta desde el lado de la práctica material, desde la inteligencia y la imaginación, podría decirse que el mismo acepta implícitamente un grado de responsabilidad (social, político, religioso, cultural…) ante el potencial público al que se dirige, sino que, como tal discurso público (entendido este término en sentido amplio) el artista adquiere un grado de significación, de didáctica colectiva que le hacen distinto y, en ello, sujeto de responsabilidades.