Que a Javier Marías no le hayan concedido aún el Premio Nobel no se lo explica nadie, pero que cada una de las novelas que publica, en un período de aproximadamente cinco años, sea mejor, si cabe, que la anterior, no deja de sorprender. Su prosa, intimista y muy elaborada, salpicada de reflexiones morales y filosóficas y referencias literarias, sobre todo de los clásicos británicos (Marías fue profesor de literatura española en Oxford) es inconfundible y leerle es una auténtica delicia.