22/05/2021@07:00:00
De verdad que a veces me alucina que algo escrito hace el suficiente número de años como para sentirlo alejado pueda llegar a sentirse tan cerca mientras lo lees. Supongo que esa es una de las gracias de la literatura, que todo pueda ser siempre vigente, real, contemporáneo. Me ha pasado con Colette, que vuelve a estar en las mesas de novedades (y que nunca pare, por favor) gracias a, y no es sorpresa, Acantilado en un libro que recoge cuatro de sus relatos (El quepis, La mocita, El lacre verde y Armande) y que viene traducido por Núria Petit: El quepis y otros relatos.