Necesito pocas cosas, y las cosas que necesito, las necesito poco”.
San Francisco de Asís
El asceta intuye que la verdadera libertad se consigue solo con el desapego de bienes y posesiones y mediante la observación de las leyes de la naturaleza, pues, solo en estrecho contacto con ella, se logra el verdadero conocimiento de uno mismo. Y sin embargo, y a pesar de una soledad anhelada, los ermitaños fundan filosofías, religiones o corrientes literarias.