Fueron dos mujeres excepcionales. Una nació en Ávila, España, en el siglo XVI. otra en Limerick Irlanda, a finales del XIX. Ambas se quedaron huérfanas de madre, estuvieron muy influenciadas por la figura paterna y por una educación católica bastante profunda, las dos comenzaron su educación en internados de monjas, una en el Convento de Gracia, otra en el Laurel Hill, y ambas fueron escritoras.