04/08/2020@08:00:00
Cuando el cuatro de Agosto de 1975 -tal día como hoy de hace 145 años- el escritor danés Hans Cristian Andersen (1805) fallecía víctima de un cáncer de hígado, se supieron de él dos cosas. Una, que en su testamento había legado parte de su fortuna a instituciones benéficas que proporcionaban formación a niños pobres. La otra, que llevaba al cuello la carta de Riborg Voigt, una joven con la que décadas atrás había mantenido un idilio.