Con la novela histórica '1369', el escritor Juan Rey se hizo con el XX premio 'Ciudad de Badajoz' 2016 en la categoría de Novela, el premio está dotado con 18.000 euros. La publicación corre a cargo de Ediciones Algaida.
Editorial Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura
Estamos ante una obra, en cuatro volúmenes, auténticamente magistral y eximia, sobre uno de los monarcas más paradójicos de la Historia Medieval de las Españas. Pero, como siempre, y esto me entristece por erróneamente repetitivo, seguimos castellanizando a los soberanos, cuando la titulación CORRECTA ES LA DE REYES DE CASTILLA Y DE LEÓN O VICEVERSA.
Editorial Junta de Castilla y León
Este segundo libro de la historia de Valladolid, abarca entre los años 1367 y 1474. Ya tenemos al rey Enrique II de Trastámara en el trono de los Reinos de León y de Castilla. Ha cometido un magnicidio, en los campos de Montiel (1369), sobre su hermanastro Pedro I el Justiciero de León y de Castilla.
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Ed. Pasado y Presente. 2019
Estamos ante un libro sumamente importante, para llegar a un conocimiento exhaustivo sobre la dinastía que consiguió dominar en los tres Reinos hispánicos más importantes, León y Castilla y Aragón. El prof. Belenguer Cebriá comete un importante error historiográfico, y es que anula, de forma absurda, la titulación de Reyes de León que SIEMPRE poseyeron y utilizaron estos soberanos. Sigo sin entender como cualquier medievalista que se precie utiliza de continuo la anhistórica, por solitaria, titulación de Castilla o de Corona de Castilla, y ya por extensión absurda la homónima de Corona de Aragón.
Editorial La Ergástula
Magnífico libro y muy rigurosa editorial. Desde la Alta Edad Media la corona, mejor es decir los reyes, tratarán de dominar de la mejor manera posible a los clérigos de la Iglesia católica, y para ello nada mejor que conseguir de la Santa Sede el permiso para el nombramiento de los obispos o arzobispos, etc.
En Desenfreno de Joe Dunthorne, el lector ávido de historias especiales encuentra una visión extraña, a veces compleja, pero siempre perturbadora, del amor fraternal, el amor romántico, o el amor familiar, sobre todo de éste último. Con un tono irónico y realista el autor sabe mezclar en justas dosis la angustia de la juventud desenfocada o del abandono conyugal con la hilaridad más recalcitrante. El resultado es una comedia corrosiva pero entrañable, donde la vida se abre paso con independencia de peculiaridades o rarezas personales. Y aunque en algún momento parece respirarse un hálito trágico, el autor sabe distanciarse a tiempo del sentimentalismo y la resolución melodramática.
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