Hasta el propio Lars Kepler llamó a ese teléfono para dar alguna pista falsa y desviar la atención. El desconcierto se mantuvo un tiempo. En su primera novela en España ponía un escueto Lars Kepler. Es un seudónimo. El éxito de ventas fue muy grande, han conseguido vender más de cinco millones de ejemplares en cuarenta países y en España, de sus cuatro anteriores novelas llevan vendidos más de 200.000 ejemplares, que no les quedó más remedio que salir a la luz pública.
Lars Kepler es el matrimonio formado por los escritores suecos Alexander Ahndoril y Alexandra Coelho Ahndoril, ambos con unas sólidas carreras en solitario como escritores, pero que decidieron unir sus esfuerzos para escribir una serie de novelas negras. Ambos han conseguido tal grado de mimetismo que los dos se llaman igual y ambos son zurdos, lo que hace complicado escribir a cuatro manos.
El matrimonio Ahndoril tiene tres hijas, cosa que les hace ser muy disciplinados para escribir. “Lo hacemos cuando ellas están en la escuela”, dicen, pero añaden casi de inmediato: “bueno, escribimos durante el día entero o estamos pensando en las tramas de nuestros libro mientras preparamos la cena o hacemos las labores del hogar”. Eficiencia sueca.
Antes de ponerse a escribir un libro piensan muy bien la trama del mismo. “Solemos estar unos tres meses, doce horas diarias hablando de la historia que vamos a escribir. Cubrimos una pared con muchísimas notas donde está toda la trama y, después, empezamos a escribir”, cuentan casi al unísono en la entrevista que mantuvimos con ellos en la Embajada de Suecia en Madrid, en un salón que precisamente no está decorado con muebles de IKEA.
En su casa, cada uno va escribiendo la novela en pequeños capítulos. Sus libros, más que novelas negras al uso, son thrillers con capítulos muy cortos que dejan al lector con ganas de seguir leyendo. Con más rapidez que las típicas novelas suecas y con más intriga. Cuando tienen alguna escena lista se la mandan por email el uno al otro y van cambiando cosas y el argumento hasta que los dos están completamente de acuerdo. “Nunca dividimos el trabajo. Lo hacemos todo juntos”, afirman con una sonrisa en los labios.
Para ellos, encontrar la historia que les motive es lo más difícil. “Tiene que ser una historia que nos llegue al corazón y que nos ponga los sentimientos a correr”, explican en un perfecto inglés sin acento nórdico. Pese a los años que llevan escribiendo juntos reconocen que todavía se sorprenden el uno al otro como escritores y eso que planifican los guiones juntos, hasta que cobran la vida que ellos quieren.
Cuando comenzaron la serie de novelas como Lars Kepler, nunca pensaron que iban a tener tanto éxito. “Somos muy suecos para eso. Nuestro único pensamiento era escribir un libro muy apasionante”, reconocen y realmente lo consiguieron. Hasta tal punto que han vuelto a retomar el papel del hipnotista porque les resulta muy interesante” “Nos dimos cuenta de que el personaje podía seguir viviendo una vida paralela a la que nosotros habíamos creado. Nos daba mucha curiosidad hacia dónde se había dirigido su vida una vez le dejamos en la novela”, apuntan.
En esta ocasión, uno de los protagonistas es un testigo traumatizado y qué mejor que recuperar al psiquiatra Erik Maria Bark y sus técnicas hipnóticas y que se reencuentre con el comisario Joona Linna, que esta vez aparecerá acompañado de una nueva comisaria, Margot Silverman, de 36 años y embarazada, que refleja muy bien la sociedad moderna en la que vivimos. Así, lo que prima en la novela es la visión de las víctimas. “Nos causan mucha empatía y lo que queríamos es mostrar mucho respeto por ellas. La violencia no nos gusta que sea morbosa”, señalan con convicción.
“No nos gusta que en nuestras obras haya demasiada violencia, preferimos un tono de thriller psicológico. Lo que realmente queremos es crear adicción a nuestras historias”, apuntan enérgicamente. Sin embargo, el protagonista es un asesino en serie. “Hace poco en Suecia ha salido un asesino en serie que había admitido ocho asesinatos y que ha sido absuelto. Así que ahora hay en Suecia un asesino en serie suelto, lo que puede producir cierta psicosis”, indican.
Investigaron muchísimo para escribir la novela y eso les descorazonó muchísimo; no encontraban el tono del personaje, ya que este tipo de asesinos suelen ser muy solitarios y con un alto grado de exhibicionismo. “Era muy deprimente tener un protagonista de ese tipo, así que tuvimos que crear un asesino sobre el que quisiéramos escribir”, mencionan.
El tiempo de la entrevista ha pasado muy rápido, no tienen mucho más tiempo ya que se tienen que ir a la Ciudad Condal para asistir a Barcelona Negra y casi sin descanso volver a Estocolmo. “Nuestra hijas no nos permiten que nos demoremos”, apuntan. Sus viajes han de ser relámpagos. Cuando les pregunto si sus hijas han leído sus novelas, dicen que no. Ahora que la mayor acaba de cumplir 15 años, podrá leerlas, las otras son todavía pequeñas.
La adaptación de su primera novela al cine no les ha gustado nada, ahora hay posibilidad de llevar a la pantalla “En la mente del hipnotista” en una serie de televisión. “No se la daremos a un realizador sueco”, reconocen, prefieren a uno europeo. También tienen otra novela preparada que saldrá en su país próximamente. Para despedirse nos recuerdan la máxima que suelen emplear para describir a sus personajes. “Lo más importante para el ser humano es la empatía”, a ellos les sobra a raudales.
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