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Núria Esponellà
Núria Esponellà

Núria Esponellà relata en "La hija de la nieve" la construcción del tren cremallera del Valle de Núria

martes 02 de febrero de 2016, 21:48h

"La idea de escribir La hija de la nieve surgió en pleno invierno de 2013. Había leído mucho sobre la hipótesis de que el destino nos lo construimos nosotros mismos, pero mi experiencia vital era bastante más compleja. ¿Qué pasa con todo lo que no podemos elegir? Cuando nos toca vivir hechos implacables, sólo podemos elegir la actitud con la que los encaramos, elegimos el rechazo y el resentimiento o la compasión y el amor", nos cuenta la autora Núria Esponellà.

El valle de Núria se encuentra situado en el Pirineo Oriental, a 2.000 m de altitud y rodeado de un conjunto de picos que bordean los 3.000 m.

Antes de la inauguración del ferrocarril cremallera, el 22 de marzo de 1931, el santuario y su entorno vivían aislados de la civilización, lo que obligaba a transportar a pie o en mulas, por el camino viejo de Queralbs o por Fontalba, todo lo necesario. Devotos de la Virgen de Nuria tenían que andar tres o cuatro horas por un camino que quedaba interrumpido por la nieve en invierno. A partir del 1916, el santuario comenzó a abrir sus puertas durante el invierno, atrayendo no sólo a peregrinos, sino también a esquiadores, alpinistas y excursionistas, que entonces comenzaban a extender sus actividades en los principales macizos del Pirineo.

El proyecto del tren cremallera seguía el ejemplo de los ferrocarriles construidos en los Alpes y en las Montañas Rocosas en Estados Unidos. En 1917 se comenzó a plantear la necesidad de construir una carretera, un funicular o un ferrocarril que llegara hasta Nuria. El obispo de Urgell, Joan Benlloch, y su sucesor, Justino Guitart, apoyaron de forma entusiasta la construcción de esta última alternativa, porque creían que podía aumentar el número de peregrinos en el santuario de la Virgen de Nuria. Así, en 1918, se aprobó construir una línea férrea entre Ribes de Freser y Nuria, descartando por completo la idea de la carretera y el funicular.

Para realizar una obra de estas características se contrataron alrededor de mil obreros. El 30 de diciembre de 1930 se hizo un primer viaje de prueba con una locomotora de vapor procedente de Montserrat. El 22 de marzo de 1931 se inauguró oficialmente el ferrocarril cremallera del valle de Núria, con una longitud total del trayecto de 12,5 kilómetros, siete de ellos dotados con cremallera.

Núria Esponellà es profesora y escritora. Es autora de novelas como Gran Cafè (1998), Un moment a la vida (1999), El mateix vell amor (2000, Premio Ciutat de Badalona), la novela basada en la serie televisiva Temps de silenci (2002), Sunitha (2003), una historia dedicada a la Fundación Vicente Ferrer en la India, La Travessia (2005, Premi columna), Rere els murs (2009, Premio Néstor Luján de Novela Histórica), traducida a distintos idiomas, entre ellos castellano, noruego e italiano, y Una dona d’aigua (2013).

Por su obra poética ha recibido el Premio Ciutat d’Olot (1986), el Premio Mercè‐Bayona por Un vent, una mar (1994) y el Premio Goleta i Bergantí por La mirada de la gavina (2001).

Ha colaborado con La Vanguardia, es articulista de El PuntAvui y actualmente es «la voz del experto» en recomendación de libros para los oyentes de RAC1 (en el programa Tot és possible, de Elisenda Camps).

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