En el Madrid de 1937 las corridas de toros han dado paso a las bombas, los revolucionarios, los periodistas y muchos cadáveres. Ernest Hemingway, que cubre la guerra civil para la prensa norteamericana, llega buscando historias y peligro, y encuentra otra cosa: a un amigo muerto. Con una nueva novela en la cabeza y mucho alcohol en las venas, Hemingway se propone averiguar quién mató a José Robles Pazos, un burócrata del Frente Popular y amigo suyo desde la primera guerra mundial. Después de todo, no hay nada como arriesgarse a morir en zona de guerra si eso significa vivir intensamente y eludir un plazo de entrega. Con el escritor John Dos Passos a su lado, Hemingway se adentra en la oscuridad y descubre que su viejo amigo no es solo una baja de guerra, sino una víctima de algo mucho más terrible.
Hemingway, días de vino y muerte es una novela que se sumerge en las andanzas del autor norteamericano en tiempos de guerra, ya que éste participaba como corresponsal para la prensa estadounidense. La figura de Hemingway está muy lograda y muy bien caracterizada: es un escritor bullicioso, brusco y empapado de alcohol que está en la cima de su carrera y que busca, entre los restos de una España dividida y destrozada, inspiración y material para escribir una nueva novela.
La labor de Hemingway se encuentra lejos del frente, pese a sus deseos de visitarlo para experimentar la guerra en primera persona y apreciar los sentimientos necesarios con los que dotará a su próxima novela. Por tanto, en esta ocasión nos encontramos lejos de acciones como las que plasmará en su novela Por quién doblan las campanas; estamos situados en zona republicana en la que la única presencia o conato de presencia nacional la componen los proyectiles que caen sobre el Madrid casi sitiado o los espías que se esconden en el Frente Popular.
Por tanto, la descripción de la España en la que Hemingway pasó sus días es correcta y concreta, capturando el ambiente de una nación al borde del cataclismo ya que, según el autor estadounidense, gane quien gane, se encontrará con un país devastado y destrozado por la guerra. Los principales temores en el Madrid de 1937 eran las bombas, la falta de comida y los juicios de Moscú, a causa de los cuales muchos miembros de la Internacional Comunista y del Frente Popular debían andar con pies de plomo y no tomar ninguna decisión errónea para el avance del comunismo en la España republicana.
A su vez, la trama principal gira en torno a la ejecución de un amigo de Hemingway y al enigma en torno a la misma y las causas que pudieron desembocar en ella. De este modo, Atkinson consigue sumergirnos en un interesante argumento que aporta a la obra su parte de trhiller clásico de misterio y espionaje, aunque, como verán, la discreción y los finos modales no van con el protagonista de este libro.
En definitiva, una magistral recreación tanto de un país asolado como de una de las grandes figuras de la literatura universal.
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