Serge Gainsbourg vivió una de las vidas más brillantes de la Francia del siglo XX. Escribió decenas de canciones radiantes, compuso joyas de orfebrería a las que dio formato de disco, sedujo a las mujeres más hermosas de Europa, se fumó varias toneladas de Gitanes, dejó secos decenas de bares de la rive gauche parisina, dirigió películas desconcertantes, escribió novelas que nadie entendió, emprendió una carrera de pintor que concluyó destrozando todos sus cuadros. Poeta maldito y provocador, vivió mil vidas en una pero ninguna le satisfizo y decidió dejarse destruir por la fama tras cerrar una de las discografías más impresionantes de la historia de la música europea.
Felipe Cabrerizo (San Sebastián, 1973) es el realizador de Psycho Beat!, ese programa radiofónico de culto con el que puede bailarse el mejor beat y ye-yé sesentero sin que se escuche jamás en él un tema anglosajón. Y en el que Serge Gainsbourg campa a sus anchas. Va mucho a París a hacer grafitis en el 5 bis rue Verneuil y a fumar Gitanes en el cementerio de Montparnasse.
El tiempo libre que le dejan estas actividades lo dedica a escribir libros. En compañía de Santiago Aguilar ha publicado Vittorio de Sica (2015), Un bigote para dos, el eslabón perdido de la comedia cinematográfica española (2015, acompañado por la recuperación de la bigotuda película de Tono y Miguel Mihura) e incluso un doble volumen titulado La Codorniz en cinta: del humorismo al cine y vuelta cuya fecha de publicación se adentra ya en el mundo de la leyenda. En solitario se ha ventilado dos volúmenes sobre cine de los años treinta, La Atenas militarizada (2007) y Tiempo de mitos (2008). También programa salas de cine y festivales, da clases, pincha discos, escribe artículos en prensa y en libros colectivos. A veces hasta llega a fin de mes con todo ello.
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