El galardón que el egipcio debía recoger está otorgado por la fundación PEN y la filial holandesa de Oxfam para reconocer la labor y la contribución de escritores alrededor del mundo que luchan por la libertad de expresión, aunque esto suponga poner en peligro sus vidas.
La vida de Hadiq no sería diferente. El poeta fue detenido y condenado a dos años de cárcel en 2013 por manifestarse, acto prohibido en el país. Sin embargo, sería liberado unos meses antes de lo previsto gracias a una Amnistía decretada por el presidente, de la que se beneficiaron alrededor de 100 activistas encarcelados.
Aún queda por saber cuáles serán las consecuencias que deparen a Hadiq, o si el Estado Egipcio rectificará un acto, que ya ha sido calificado como “un escándalo ante el régimen de escritores y poetas alrededor del mundo”.