Los tres volúmenes de “Los rostros de Victoria” de Erik Axl Sund, dos suecos tan diferentes el uno del otro como la noche del día, han arrasado y se han hecho con la primera posición de nuestra lista. Concebida como una única novela, los editores prefirieron, ya que su extensión superaba las mil páginas, dividirla en tres, lo que ha supuesto un total acierto. La trilogía es la obra más brutal y descarnada que ha dado la novela sueca en mucho tiempo. Son absolutos merecedores de esta primera posición y se merecen tener la repercusión que han obtenido en otros países europeos.
“El pasajero 23” de Sebastian Fitzek se ha hecho con la segunda posición este año con una novela que nos traslada al mundo de los cruceros, pequeñas ciudades en las que todos los años desparecen decenas de pasajeros: el lugar para el crimen perfecto. Con una espectacular y ambiciosa trama cuya intensidad no deja de aumentar y un protagonista poco convencional pero construido a la perfección, el escritor alemán se ha logrado superar a sí mismo de nuevo y el resultado ha sido brillante.
En tercera posición han empatado, “Perfidia” de James Ellroy y “El silencio del pantano” de Juanjo Braulio. James Ellroy es uno de los grandes escritores estadounidenses. Su última novela podría haber estado en la lista de novela histórica, cosa que a él le hubiese encantado. Su literatura es el reflejo de lo más oscuro de la sociedad americana, en esta ocasión circunscrita a los años cuarenta. Con su maestría habitual nos muestra esos bajos fondos como nadie los ha descrito. Esos mismos bajos fondos, pero valencianos, nos lo describe Juanjo Braulio en “El silencio del pantano”, una novela muy meta literaria, en la que el escritor juega con varias tramas que no dejan de sorprender al lector. Sin duda, una novela negra con aspiraciones de buena literatura.
“La hora del Dios Rojo” de Richard Crompton se ha hecho con la cuarta posición de este año. Es una novela policiaca oscura, emocionante y vívida, con un héroe tan complejo como la misma Nairobi en la que se desarrolla la trama. En una ciudad en la que la corrupción campa a sus anchas, el brutal asesinato de una prostituta masái se convierte en un caso que se complica por la proximidad de unas elecciones cuya transparencia deja mucho que desear y por la implicación de importantes miembros del gobierno y las altas esferas. Esta genial trama, junto con una excelente ambientación y atmósfera y un gran protagonista, ha hecho que esta novela se alce con la cuarta posición.
En quinta posición ha quedado “Las flores no sangran” del escritor canario Alexis Ravelo, un auténtico maestro del género. En esta ocasión nos narra una serie de crímenes idiotas, con un sentido del humor negro, como la novela. Su relato se fija en el hampa de esa isla que conoce tan bien y que nadie ha reflejado como él. La sexta posición es para “El mal camino” de Mikel Santiago. El autor vasco posee una fluidez narrativa asombrosa. La acción, el suspense y el misterio de la novela nos mantienen en vilo en toda la lectura del libro, haciendo que su trabajo conquiste al lector de la primera a la última página.
En séptima posición tenemos a “Acusada” de Mark Gimenez. Se trata de un excelente thriller judicial en el que un abogado se enfrenta en solitario a un caso que todo el mundo da por perdido y en el que encima tiene que defender a su exmujer sin estar completamente seguro de si ella es culpable o no. Una escritura brillante, una trama poderosa y toda la emoción de un juicio condensada en sus páginas han conseguido que esta novela se mereciera de sobra un puesto en esta clasificación.
“Yo también fui Jack el Destripador” de Fernando García Calderón nos traslada al Londres de 1946 para relatarnos la investigación que busca desenmascarar la identidad del elusivo asesino de Whitechapel de una vez por todas. Este libro ocupa la octava posición por sus excelentes descripciones de la ciudad de Londres a finales del siglo XIX y una elaboradísima y muy bien documentada trama en la que todas las piezas podrían encajar sin problemas con lo que sabe que sucedió aquellos días.
Ya va quedando poco para terminar esta clasificación, que no podría estar completa sin “Fulgor”, sin lugar a dudas la mejor novela hasta el momento de Manel Loureiro. Pese a que no se trate de una novela negra muy convencional, es un impactante thriller con un importantísimo componente de intriga que nos absorbe del todo desde las primeras escenas. Y ese ritmo de desenfreno se mantiene durante todas sus páginas, por lo que estamos ante una trama trepidante que nos arrastra sin piedad hasta el final.
Cierra la lista de este año “La novela de Rebeca” de Mikel Alvira. La novela tiene una fuerza desgarradora y un planteamiento muy novedoso que nos sorprendió hasta la última página. El autor cuenta dos tramas diferenciadas en el tiempo y en la forma. Es un novela dentro de una novela o como han descrito: “una novela matrioska”.
Hasta aquí lo que para los lectores y colaboradores de TodoLiteratura han sido las mejores novelas negras del año. Algunas se han podido quedar en el tintero, pero no por culpa nuestra; en ocasiones algunas editoriales ponen todas las trabas posibles para que no podamos conocer sus obras. ¿Quizá porque sean mediocres los títulos que publican y no quieren que los critiquemos? Allá ellos.
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