Ojos que no cerraste para no apartar la vista, como hicieron otros, Miguel Hernández, no estás solo.
Vienes de nuevo, como otras tantas veces, desde que un arriesgado Joan Manuel Serrat se atreviera a musicar algunos de tus poemas. Desde entonces, tu árbol, tu higuera, se ha ido alargando, ha ido creciendo, y te contemplamos desde este vacío que dejaste y que se rellena ahora, no solo con tus versos y tu biografía, sino con montajes teatrales, que siempre serán pocos para hacerte justicia. La justicia que a ti te denegaron.
Para la libertad, en un recorrido bastante exhaustivo y certero de lo que fue tu acontecer de poeta, de hombre, de amigo, de activista, de marido, de ser humano, en definitiva.
Entiendo que la dramaturgia es de Gabriel Fuentes, que lo dirige, aportando toda la materia necesaria que se extiende hasta el abismo del poeta. Ciertamente, el hilo conductor de todo el montaje son las canciones de Serrat, pero lo que subyace, lo que prevalece, es la intensa vida de Miguel Hernández, el rayo que no cesa, el perito en lunas, el poeta de las ausencias.
A pesar de guerras cruentas tenemos que seguir aprendiendo qué es la libertad. Para la libertad.
Y de esta forma nos la cuentan y nos la cantan, Eva Rubio, Pablo Sevilla, desdoblándose, entregándose en multitud de actitudes, voces y personajes y Daniel Ibáñez, en el rol de Miguel con una soberbia voz en un estilo que emociona. Bien hiladas y estructuradas todas las escenas, con la estupenda interpretación de las músicas por parte de Daniel Molina.
En la memoria del poeta los estallidos de las bombas se convierten en palabras. Pero los poemas se convierten en canciones. Y Miguel no pierde la alegría. No debemos perder la alegría. Aunque estemos desolados en medio de ciudades destruidas.
Este montaje nos enseña que no podemos dejarnos invadir por la tristeza, nuestra lucha es el diálogo, los versos, las canciones, los libros, los abrazos, los sueños sin cortapisas, por encima del caos y de los odios.
Tristes guerras. Lloró la luna primero por la muerte de Lorca. La poesía es el arma de Miguel Hernández cuando escribe, cuando siente, letras y versos descarnados, heridos, gritados, tristes, tristes guerras. Y siempre Para la libertad.
La eternidad está en Miguel Hernández, nada ni nadie antes. Indestructible en su abrazo, rellenando vacíos constantemente de nuevos poetas que llegan para conocerle y de gente joven, y de gente que ha aprendido a leer poesía gracias a él.
Ahora en el teatro está su casa y su gente, y él nunca ausente, en nuestro ahora, en nuestros versos, en estos montajes, en la simiente que dejó de forma imperceptible y perenne.
Miguel Hernández no es una isla, es un río, es la luz, es la libertad, es el árbol arraigado y fuerte que nos da sombra, es el mantel de nuestra mesa, es la tierra que se llama barro, es el puente que nos une con su sentir, el silencio del alma que lo quiere, para la libertad, para siempre.
FICHA ARTÍSTICA
PARA LA LIBERTAD
Elenco: Daniel Ibáñez, Eva Rubio y Pablo Sevilla
Director: Gabriel Fuentes
Director musical: Daniel Molina
Diseño de iluminación: Juanjo Llorens
Diseño de vídeo escena: Elvira Ruiz Zurita
Escenografía y vestuario: Isi Ponce
Espacio sonoro: Gaston Horischnkik
Producción: Pepe B Pérez, María Álvarez y Triana Cortes
Espacio: Teatro Infanta Isabel