Jostein Gaarder acaba de publicar en Ediciones Siruela un nuevo cuento infantil titulado “Los mejores amigos”. Parece que su nieto, de cuatro años de edad, le demanda que escriba esos cuentos. “Al acostarle nos pide que le leamos tres cuentos cada noche. Sin esas lecturas no puede dormir”, dice en la presentación de su nuevo libro ilustrado. La publicación del mismo coincide con la del libro “Nuevos cuentos de la esfinge”, una antología de relatos infantiles que conmemoran los 25 años y los 250 títulos que la colección infantil y juvenil “Las tres edades” lleva en el mercado. Por supuesto, uno de los cuentos incluidos es del escritor noruego.
Jostein Gaarder ha estado acompañado en esta mañana otoñal, - que más parece primaveral-, por la editora de la antología Michi Strausfeld. “Los cuentos incluidos en la antología provienen de los cinco continentes. Podríamos decir que es una colección multiétnica y multicultural con la vocación de romper fronteras”, expuso la editora alemana afincada en España.
Al escritor noruego se le acusa injustamente de que sus libros suelen ser tristes. Él lo niega contundentemente: “Es verdad que en Los mejores amigos, el narrador del libro es un osito, el mejor amigo de Jonatan, quien cuenta la historia; es un libro triste porque el protagonista muere pero su encuentro con un ángel le da otra dimensión”, refiere. Además, como apunta, “en un libro de imágenes como este tiene que haber un hueco a la esperanza”
“Los mejores amigos es un cuento para ser leído a los hijos y es verdad que en muchas ocasiones los adultos lloran cuando lo hacen. Pero yo soy una persona optimista y alegre”. Cree que no debe de haber opción para el pesimismo, “serlo es ser decadente, negar la responsabilidad que tenemos. Entre el optimismo y el pesimismo hay una opción, la de la esperanza, que se ha de combinar con la lucha”, señala en tono beligerante.
“De alguna forma nuestra vida humana es de alegría y mis cuentos confirman lo que es la vida”, explica este profesor de filosofía que se hizo mundialmente famoso con la publicación de “El mundo de Sofía”. Libro que escribió en los tiempos en que el muro de Berlín fue derribado y el telón de acero desapareció. La escribió en un momento muy adecuado y, según confiesa, de forma muy rápida, porque no estaba seguro de que el libro pudiese funcionar.
Jostein Gaarder insistió en que la lectura en edades infantiles es muy importante, “después de la alimentación y el vestido, la lectura debe ocupar el siguiente plano. Al igual que sentimos la responsabilidad como padres de la higiene dental, tan importante o más es la lectura y, sobre todo, en edades entre los cuatro y los doce años, que es cuando se coge el hábito de la lectura”, manifiesta y agrega: “hay demasiadas cabezas vacías. Es bueno llenarlas con lecturas, si no dejamos lugar a la propaganda. Quien lee muchos libros es más difícil que caiga en el fanatismo”. La cultura es inversamente proporcional al fanatismo que hoy en día nos inunda desde diversas perspectivas.
El escritor noruego lleva muchos años dedicado a la literatura infantil y juvenil pero no se quiere encasillar en ella. Nos adelanta que quiere volver a escribir para adultos y libros más largos. Le tomamos la palabra y esperamos que Gaarder, quien confesó que todavía no ha leído libros en formato digital pero que puede que algún día lo haga, en su próxima visita a Madrid, presente un libro de esas características.
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