En poco más de dos semanas han conseguido vender la primera edición de su libro editado por Circe Ediciones de unos 6.000 ejemplares y sin ni siquiera haber hecho una presentación pública. Ya está en la calle la segunda edición y copa los lugares más altos de las listas de los libros más vendidos de no ficción. Aunque no sería correcto clasificar al libro así porque mezclan ficción y no ficción.
“La pasión de ser mujer” es un libro que alterna la ficción y la no ficción. Han escogido a doce mujeres representativas de la historia universal: “barajamos un total de unas 30 mujeres, pero fuimos descartando algunas hasta dejarlo en doce”, apuntan las escritoras en una entrevista que mantuvimos con ella en un conocido hotel cercano a la Estación de Atocha. Cercano a esa puerta de comunicación que es la estación de tren donde se posa el AVE que recorre el camino entre Barcelona y Madrid y a la inversa.
Hasta Madrid han llegado para atender a algunos medios de comunicación y dar a conocer su obra. El libro está dividido en dos secciones. En la primera de ellas Eugenia Tusquets novela la vida de las protagonistas en un relato que trata un episodio de sus vidas que suele ser muy revelador, donde las emociones están a flor de piel, normalmente una encrucijada de la protagonista donde debe tomar una decisión importante, además se ha encargado de la introducción del libro y el otro una breve y precisa biografía que explica el entorno histórico de cada uno de los personajes sobre los que trata el libro y que ha escrito Susana Frouchtmann.
“En esta sociedad en la que vivimos, que parece muy avanzada, estamos sufriendo un retroceso emocional en la nuevas generaciones, lo cual se percibe en un menor crecimiento personal y esto es un problema de los dos sexos”, expone Eugenia Tusquets al comienzo de la conversación, que parece llevar la voz cantante en un principio, hasta que poco a poco Susana Frouchtmann va perdiendo sus iniciales recelos y se mostrará más participativa.
En este mundo globalizado en el que vivimos, en que cada día se realizan las actividades cotidianas a mayor velocidad, el crecimiento personal se va dejando un poco de lado. En el libro han escogido a doce personalidades que se dedicaron a unas vidas profesionales que les llenaron. Todas ellas fueron espíritus libres que “se dedicaron a lo que quisieron. Y que se pueden considerar unos modelos para las nuevas generaciones”, explica Eugenia Tusquets.
Las dos intenciones principales de las autoras para escribir “La pasión de ser mujer” han sido: reunir a mujeres que ya eran muy conocidas y a las que se les reconociese una faceta distinta por la que eran conocidas. Enseguida ponen como ejemplo a la actriz de Hollywood Heddy Lamar –Lamardeguapa-, como se la conocía popularmente en España en los años de posguerra o a Eleanor Roosevelt, que además de primera dama estadounidense, desarrolló una brillante trayectoria política y fue una ensayista reconocida.
“Casi todas las personalidades que tratamos no fueron muy maternales. Lo que sí tenían era una energía fuera de lo común”, apunta Eugenia. En muchas ocasiones, la maternidad es incompatible con una carrera profesional y como señala, “no hemos llegado todavía a una solución” y más en un mundo donde predomina lo material.
Los episodios que novela Eugenia Tusquets se los inventa “de tal manera que sean atractivos para el lector sobre algún episodio que pudo ocurrir y siempre teniendo en mente que hubiese variedad de los temas tratados”, apunta. Los personajes tratados son mayormente contemporáneos, que vivieron en el siglo XX, dos, Teresa de Ávila y Madame Staël son las más antiguas.
Si tuviesen que coger al más clásico se quedarían con María Callas, “una diva que no supo vencer el obstáculo de las emociones pese a que se preparó como una deportista de élite. Dedicó toda su infancia a trabajar, a mejorar sus cualidades. Se puede decir que trabajó como una loca”, comenta Susana Frouchtmann. Otra diva de la canción, en este caso popular, fue Raquel Meyer, “la cantante mejor pagada del mundo en su tiempo”. Para las autoras es un personaje que se merecía una película. “Los intelectuales catalanes se rindieron a sus píes, igual que lo hizo Charles Chaplin que la quería para protagonizar Luces de la ciudad a lo que ella se negó”, cuentan las autoras. “Fue lo más parecido a lo que hoy son las estrellas de la canción”, remachan con pasión.
En el libro han querido que las mujeres españolas estuviesen presentes. Además de Raquel Meyer nos encontramos con la pintora Remedios Varo, “injustamente olvidada en nuestro país y todo un fenómenos en México, donde emigró después de la Guerra Civil”, apuntan; las escritoras Anaïs Nin –a la que podemos considerar española-, Mercè Rodoreda y Emilia Pardo Bazán. No nos resistimos a copiar la anécdota que Gabriel Jackson nos contó sobre ella hace escasas semanas:
- ¿En qué se parece la escritora gallega a la línea 10 del tranvía madrileño?
- En que pasa por Lista y no llega a Hermosilla.
Nada más lejos de la realidad para las dos autoras catalanas. “Emilia Pardo Bazán luchó mucho por los derechos de la mujer, además de ser una sensacional escritora y amiga de los políticos más influyentes de su época y eso por no hablar de su relación de más de 20 años con Benito Pérez Galdós”, explican. No dejen de leer la anécdota que cuenta Susana Frouchtmann en el libro.
Para ella, su personaje favorito es Madame de Staël, que mantuvo un pulso político con el mismísimo Napoleón Bonaparte. “Cuando te metes en cada uno de los personajes terminas amándolos”, reconoce la escritora. A todos los personajes los han amado y “no pueden quedar en el olvido”, concluyen. Ninguno de los doce personajes quedarán en el olvido. De eso se encargan estas dos escritoras con su libro. No nos extrañaría que tuviese una continuación.
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