Juan Pérez pertenece a la tercera generación de propietarios de este famoso y acreditado establecimiento que fue adquirido por su abuelo Antonio, desde 1948 denominada también como Mejillonería “El Pasaje”.
Cuando era la “Taberna El Pasaje”; “allí se jugaba al mus, dominó, chinchón, y demás juegos de la época, y durante un par de años siguió así, hasta que se lo alquiló a un familiar próximo que tenia una pescadería y desde entonces comenzaron a llegar los mejillones”.
Desde luego, en “La Ría”, el mejillón es el protagonista principal.
Los mejillones llegan diariamente desde Galicia, recibidos directamente de las Rías de Vigo, con más de 6.500.000 kg ya vendidos hasta la fecha que es un excepcional record.
El pasaje Matheu
La calle El Pasaje Matheu (denominado antes como Pasaje Comercial La Equidad) está ubicada en el centro o casco viejo de la ciudad, es perpendicular a la Calle de Espoz y Mina que desemboca en la Puerta del Sol, llegando hasta la calle de la Victoria.
La pequeña calle debe su nombre al inversor madrileño Manuel Matheu que adquirió el local en una operación inmobiliaria durante la demolición del Convento de Nuestra Señora de la Victoria que dio lugar al ensanche de la Puerta del Sol a finales del siglo XIX.
El convento de Nuestra Señora de la Victoria
El convento de Nuestra Señora de la Victoria (denominado también brevemente como Mínimos de la Victoria y Convento de Nuestra Señora de la Victoria) pertenecía a la orden de los Mínimos situado en la Puerta del Sol y continuaba por la Carrera de San Jerónimo y por esta razón se denomina así a la vecina calle de la Victoria.
El convento, que sufrió graves daños durante la guerra de la independencia, fue demolido a consecuencia de la desamortización de Mendizábal en 1836.
Manuel Matheu adquirió los solares que ocupaba anteriormente el derruido Convento de Nuestra Señora de la Victoria, operación de compra que le resultó muy ventajosa debido a que con los años el precio se incrementó notablemente.
Boulevard
Entre las modificaciones que realizó Matheu en esta zona trasera a la Puerta del Sol destaca la construcción, entre los años 1843 y 1847, de un pequeño boulevard al estilo de los ya existentes en París, que fue diseñado con lujo para instalar en él tiendas de ropa para señora y caballero ya que Matheu era entonces director de la empresa “La Villa de Madrid”, que expedía sus productos textiles tanto a España como al extranjero. Estaba cubierto por un techo de cristal sobre una armadura en curva elíptica de hierro de tres metros de altura.
Su entrada por la calle de Espoz y Mina se hacía a través de un arco de medio punto sobre el que había esculturas alegóricas al comercio de Francisco Pérez. El vestíbulo estaba decorado por pilastras corintias con pedestal y su pavimento era de mármol. Toda la anaquelería de las tiendas era de caoba con adornos dorados, al igual que los mostradores y escaparates.
Fue uno de los pasajes más suntuosos de Europa, en las descripciones que hace de él Pascual Madoz.
Al haber desaparecido la cubierta, quedó olvidado su aspecto de boulevard quedando como una calle peatonal. En la actualidad esta calle lleva su nombre y se la denomina pasaje Matheu.
Pozo artesiano
El resto de solares fue dedicado a viviendas, y Matheu se convirtió de esta forma en casero, actividad que alternaba con el comercio. Fue amigo de Baldomero Espartero del que se supone se conocieron en el ejército.
Manuel Matheu también fue apoderado de la “Compañía general de pozos artesianos” que contó con el exclusivo privilegio real, por cinco años y en toda España, para acometer perforaciones con un nuevo sistema a vapor que permitía taladrar en 12 horas, 25 pies (Un pie = 27,86 cm.). Es así como, según Ramón Gómez de la Serna, en los terrenos del pasaje Matheu se llegó a perforar el agujero más profundo de Madrid, un pozo artesiano tan hondo que terminó por cerrarse.
Especialidades de “La Ría”
“La Ría” es la primera tasca que instaló terraza en la calle en el pasaje Matheu y es uno de los bares más típicos y emblemáticos de Madrid, y actualmente es la única mejilloneria de Madrid, según nos informa su dueño.
Naturalmente la especialidad de “La Ría” son los mejillones al natural (con limón, vinagreta, tomate, cabreados y como no los famosos picantes cuya receta es la misma desde hace más de 65 años), también el pulpo a la gallega, los boquerones en vinagre, las patatas al ali-olí, las bravas (con mojo), tortilla, champiñón al ajillo, queso..., todo esto bañado con un exquisito ribeiro o un albariño. El ambiente es siempre muy agradable y cordial.
El mejillón y sus propiedades nutricionales
El mejillón, molusco bivalvo, pertenece al grupo de los mariscos y derivados, es muy masticable y resistente, con un sabor especial y los beneficios que aporta son muy superiores a los de otras especies de moluscos.
Posee gran cantidad de proteínas de alto valor biológico: una docena de mejillones equivale a un filete de carne de ternera de 250 g.
Es un alimento de muy fácil digestión, lo que lo hace muy adecuado incluso para personas convalecientes.
Posee una escasa cantidad de grasas, tan sólo un 2 por ciento, por lo cual es perfecto si se está a dieta, ya que además aporta muy pocas calorías: 51 calorías por cada 100 g. de porción comestible.
Es un alimento extraordinariamente saciante por lo que obliga a comer menos cantidad y llena mucho, gracias a que posee un alto y variado valor nutritivo.
Este producto marino es particularmente rico en nutrientes y consecuentemente es siempre una buena elección alimentaria; los mejillones gallegos son una rica fuente de muchas vitaminas (vitamina, A, B, -especialmente la vitamina B12-, C, D, E y niacina, además de tiamina y rivoflavina), y minerales esenciales (yodo, calcio, potasio, fosforo, magnesio, hierro,..) y por ello es un producto nutritivo e hipocalórico a la vez.
Propiedades medicinales
Las propiedades medicinales del mejillón están relacionadas con sus propiedades nutricionales. Su elevado aporte en hierro lo hacen muy adecuado para personas con anemia ferropénica. Además el hierro de los mejillones es muy bien asimilado en el intestino, al contrario de lo que sucede con algunas verduras.
Es muy beneficioso el alto contenido en vitaminas B12 ya que 80 gramos de mejillones cocidos, proporcionan 20,4 microgramos de vitamina B12, cumpliendo con el 340 por ciento del valor diario recomendado de este nutriente, y junto con minerales como el yodo y el magnesio permiten combatir estados de fatiga, siendo además un alimento muy adecuado para niños y deportistas. El yodo, por otro lado, previene el hipotiroidismo.
Se ha comprobado que con tan solo consumir cien gramos de mejillones se cubre el 100% de la cantidad diaria recomendada de vitamina B12 y más del 50% de la de hierro.
Alimento cardiosaludable
Otro de los beneficios del mejillón es el de ser un alimento cardiosaludable. Su elevado contenido en potasio ayuda a controlar la hipertensión y la retención de líquidos, mientras la mayoría de sus escasas grasas son una de las fuentes más ricas en omega 3, un ácido graso insaturado beneficioso para nuestro corazón , que ayuda a controlar los niveles de colesterol en sangre. De hecho, los mejillones apenas aportan colesterol, pese a ser un marisco.
Otras propiedades medicinales del mejillón
Hace unos años se descubrieron otras propiedades medicinales del mejillón muy interesantes, debidas a su elevado contenido en glucosaminas. Las glucosaminas son el antiinflamatorio natural más potente, resultando de especial utilidad en los procesos articulares como el reuma, la artritis y la artrosis. La glucosamina actúa por acumulación, y todos los tipos de mejillón contienen esta sustancia en abundancia. La glucosamina empleada como medicina convencional se obtiene del marisco.
El número 00001
Como curiosa anécdota debemos comentar que en “La Ría”, están abonados, desde hace muchos años, al número 00001 en el sorteo de la Lotería Nacional del 22 de diciembre y venden participaciones de 5 euros entre sus numerosos clientes.