Como siempre, aparece con su reconocible visera y sus gafas de sol. Es todavía pronto para que sepamos su verdadero nombre. “Quizás estas sean las últimas entrevistas que hago así. Toda esta parafernalia se podría acabar pronto”, reconoce nada más comenzar la entrevista que mantuvimos con él en la sede de su editorial en Madrid, aprovechando un día que no tenía que trabajar, porque al día siguiente empezaba a hacerlo en otra empresa.
“Aun habiendo estudiado Derecho, no he ejercido nunca y he estado trabajando dos años como community manager en una empresa. Mis jefes no sabían que por las noches me convertía en Holden Centeno, entre otras cosas porque mi jefe quería publicar un libro y creo que le debería haber sentado mal que un empleado suyo con 25 años ya lo hubiese hecho”, cuenta el joven escritor y añade “sólo dos compañeras mías lo sabían. Es difícil trabajar en un mismo despacho y no contárselo, además, como algunas veces me tenía que escapar a algún acto o viajar los fines de semana a presentar el libro hubiese sido muy difícil que no se enterasen”
Así durante este último año ha llevado una doble vida de Dr. Jeklyll y Mr. Hyde, pero dedicado a la escritura en vez de a los asesinatos. En la nueva empresa en la que está trabajando sí saben su condición de Holden Centeno. “Lo he puesto en los curricula”, reconoce. Y posiblemente eso le haya abierto las puertas de la nueva empresa porque su experiencia en las redes sociales es extraordinaria.
Una vez publicado su primer libro, continúa escribiendo diversas entradas en su blog. “No tuve una bajada del público, más bien se multiplicaron los comentarios. En un principio la proporción de lectores era un 60% mujeres y un 40% hombres, ahora se mantiene en un 70% de mujeres y el 30% restante de hombres”, explica. Aunque en su nuevo libro publica cuatro post y todos están escritos por mujeres. “Me parecieron los más interesantes”, afirma sin dudarlo.
Aunque reconoce que el feedback recibido le pilló un poco por sorpresa. “Ahora yo sé lo que gusta a la gente, pero esta es una etapa nueva y distinta a lo que hacía antes de publicar el primer libro”, comenta. De ahí que haya cambiado a un estilo más narrativo. A escribir una crónica de estos 365 días en que no ha sabido nada de la chica de Los Planetas. “Yo necesitaba cerrar la historia de ella y creo que lo he conseguido”, atestigua.
El libro comienza con una crónica de la entrega del Premio Alfaguara de Novela donde fue invitado y donde pudo conocer a escritores que han significado mucho para él, como Benjamín Prado o Ray Loriga. “Para mí fue una experiencia gratificante y he querido hacer un homenaje a estos escritores”, apostilla. También en el libro aparecen sus experiencias en la editorial y las entrevistas que realizó justo hace un año.
En “365 días con la chica de Los Planetas” aparece una declaración de intenciones sobre él y sobre sus gustos literarios. Ni que decir tiene que la música también aparece. “La música me ha salvado la vida”, asegura. Cree que los gustos literarios de los jóvenes no se corresponden con los suyos. “Ahora nadie lee a Kafka o La Eneida, por ejemplo”, apunta. “Me han criticado por mis citas de Bukowsky o de Paul Auster. Pero lo que a mí me gusta de su literatura no es precisamente lo más conocido de ellos”, puntualiza. Ahora, está imbuido en un epistolario de J. M. Coetze que le parece emocionante.
Reconoce que le han criticado mucho por Internet. “Hay gente en este país a la que molesta que te hayan ido bien las cosas. Me ven como un producto de marketing. Me dicen que no sé escribir y hasta me han llegado a desear la muerte”, apunta con un poco que lógico resquemor. También dice que a esa nueva generación de poetas tuiteros les pasa lo mismo. “Parece que si tienes éxito en las redes sociales no eres un escritor de verdad”, agrega. Poetas como Fred o Marwan reciben las mismas críticas, aunque compositores de la talla de Jorge Drexler opinan precisamente todo lo contrario.
En la editorial, nunca le dijeron que escribiese una segunda parte. “No podía hacer ficción de una historia que no sucedió”, apostilla. Por eso ha escrito una crónica de este último año, en el que ha metido todas sus experiencias. “Vomité todos mi pensamientos para que los lectores pudiesen reflexionar sobre ellos. Detrás de todo lo escrito estoy yo”, puntualiza.
El libro lo escribió en tan sólo dos meses. “Por primera vez me quedé bloqueado, estuve días sin poder escribir, no sabía cómo finalizar el libro. Hasta que por fin di con ello. Creo que lo mejor del libro es el último capítulo y más concretamente la última página”, se desahoga. El libro, en su primera versión, tenía 200 páginas más de lo que se ha publicado, hubo que hacer una poda concienzuda para la versión definitiva de la que se muestra orgulloso.
“Mi vida ha cambiado con la publicación del primer libro, me ha enriquecido”, confiesa. Le ha quedado una historia totalmente cerrada, donde la chica de Los Planetas sólo es un recuerdo del pasado. En estos días han salido a la venta la colección de singles del grupo Los Planetas. Una buena forma de leer ambos libros es escuchar de fondo esas canciones que le salvaron la vida. Ahora sólo le queda cortarse la coleta –desprenderse de las gafas y la visera- y afrontar una nueva carrera literaria.
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