“Círculos surge en un periodo de crisis. Por una parte, después de publicar La cosecha humana en Planeta, tuve un periodo de crisis con la editorial. Allí parecían más interesados en apoyar a autores mediáticos y a mi novela no se le hizo nada de promoción. Por otra parte, no sabía muy bien sobre lo que podía escribir”, confiesa Emilio Calderón en la presentación a los medios de su nuevo libro.
Hasta que se le ocurrió escribir sobre un tema que tuviese que ver con la ciencia. El protagonista de “Círculos” es un especialista en la física cuántica. “Hay un grandísimo desconocimiento sobre la comunidad científica. Lo que vemos en este mundo supone tan sólo el 4% de lo que vemos en el universo. Nadie sabe lo que hay en él”, elucubra de forma moderada y repite una y otra vez que “yo no me mojo sobre si todos estos temas que tienen que ver con extraterrestres es verdad o no”.
Para Emilio Calderón, que se ha documentado profundamente sobre la física cuántica, aunque crea que un físico podría desmontar su obra fácilmente, “el cerebro lo que hace es engañarnos, no vemos con los ojos sino con la parte posterior de nuestro cerebro”, explica. Y aquí entra lo que sería una de las ideas de su libro. El papel de la conciencia y de si lo que vivimos es real o no. “¿Los recuerdos son reales o no? ¿Qué papel desempeña la conciencia?”, se pregunta. “Todas las ramas de la ciencia dan por sentado que existe la conciencia pero nadie sabe dónde está”, afirma taxativamente.
Empezó a mostrar interés por estos temas de lo inefable cuando se encontró con Javier Sierra en una feria del libro en Miami. “Él estaba promocionando su libro La Dama Azul y me metió el gusanillo en el cuerpo”, reconoce. De ahí que le haya querido hacer aparecer en el libro. “Le pedí permiso para poder utilizarle como personaje y hace un pequeño cameo en las primeras páginas del libro”, cuenta.
“Lo que pretendo hacer con el libro es desmitificar esa incomprensión hacia el mundo del misterio que se da en la actualidad. Por ejemplo, parece ser que en la cadena SER había un cierto cachondeo respecto al programa que allí hacía Iker Jiménez y por eso decidió dejar la radio”, relata no sin un tono de amargura, recordando que muchos científicos de la Edad Media acabaron su vida en la hoguera por sostener descubrimientos científicos que posteriormente se desvelarían como ciertos.
Para llegar a este punto, hace que el protagonista, el profesor Pastor-Luján sufriese una experiencia traumática. Las muertes de su hija y de su mujer en el parto. Pasado unos años comenzaría a soñar con su hija como una persona viva y, posteriormente, los hechos se precipitarían cuando conoce a una joven que se parecía a su hija soñada. “¿Existe un mundo paralelo al nuestro?”, se vuelve a preguntar y añade “he querido buscar una explicación racional a una situación tan extraña como esta de los sueños recurrentes”.
Las lecturas de las obras del psiquiatra estadounidense John E. Mack, premio Pulitzer que murió atropellado incomprensiblemente, están muy presentes en su novela. “Él estaba convencido de que las abducciones alienígenas eran reales, que somos supeditados a un control férreo por su parte y que estamos sometidos a constantes experimentos”, apunta.
Con el tema de los círculos de los campos de cereal ocurriría algo parecido, aunque reconoce que también hay un cierto negocio comercial. “En este caso, he introducido un cierto elemento humorístico, como en el caso de Elvis Presley, que yo creo que sigue vivo”, dice en tono simpático y sarcástico.
“Al escribir la novela creo que me he convertido en un friki. Hasta mi hija me decía que ya estaba demasiado imbuido en el tema de los alienígenas. La verdad es que me he visto todos los documentales que hay sobre el tema y las películas”, expone ante la atenta mirada de su hija de ocho meses de edad que no para de saludar a todos los asistentes con su manita en alto.
Lo que sí reconoce es que el “tratar estos temas me ha hecho más humilde y más crédulo, ya que vivía con una cierta arrogancia. Ha sido un baño de humildad”, concluye el escritor. Su estilo narrativo ha cambiado con respecto a sus anteriores obras. “Círculos” tiene un estilo más de novela americana, con muchos más diálogos que en otras obras suyas y con un estilo más ágil donde el thriller y el misterio se dan la mano para componer una obra desasosegante donde el lector se hará muchas preguntas.
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