Élisabeth Gille, hija de Irène Némirovky, ficciona en esta novela sucesos que ella misma vivió con su hermana y que se narran en el prólogo de Suite francesa. Nada más publicarse obtuvo un éxito inmediato de crítica y público, se tradujo a varios idiomas, fue clara favorita al Goncourt —aunque el jurado tuvo que desestimarla debido al prematuro fallecimiento de la autora— y ganó el Gran Premio de las Lectoras de ELLE. La novela ha sido traducida por la escritora Juana Salabert, una garantía de buena literatura.
Élisabeth Gille nació en París en 1937. En 1942, sus padres (la novelista Irène Némirovsky y el banquero de origen ruso Michel Epstein) fueron deportados a Auschwitz, de donde ya no saldrían. Élisabeth y su hermana Denise sobrevivieron escondiéndose en sótanos y pensionados de Burdeos, siempre acompañadas de un cuaderno con las iniciales «I.N.». Más de sesenta años después, el manuscrito saldría a la luz con el título Suite francesa.
En 1945, las dos niñas regresaron a París y día tras día fueron a la Estación del Este, donde llegaban los supervivientes de los campos, y al Hotel Lutetia, centro de acogida de los deportados, con el nombre de sus padres escrito en una pancarta.
El editor Albin Michel se hizo cargo de ambas y Élisabeth dedicó toda su vida a la literatura: fue traductora y editora en los sellos más importantes de Francia. Como escritora, publicó con gran éxito El mirador (1992), la obra teatral Le Crabe sur la banquette arrière (1994) y Un paisaje de cenizas (1996; Nocturna, 2015), con la que obtuvo el Gran Premio de las Lectoras de ELLE y quedó finalista del Goncourt, aunque se la descartó por su fallecimiento, debido a un cáncer, ese mismo año.
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