La autora catalana no se caracteriza por poner fácil la lectura de sus novelas. “Es marca de la casa y a quien no le guste que escoja otras obras que se publican mucho”, apunta en la charla. Y lo dice porque ella, a sus obras, suele armarlas con varios hilos narrativos y muchos cambios temporales. “No me gusta hacer una narración cronológica. Pero el hilo que transcurre en los años veinte es el principal de la novela”, nos adelanta.
“Diamante azul” es la historia de una saga familiar que probablemente tenga una continuación en un futuro cercano; todavía no sabe si escribirá sobre un tema que le ronda en la cabeza o hará un “spin off” de ésta, que tenga su desarrollo en nuestra Guerra Civil. “Ahora me siento con fuerzas para adentrarme en la guerra. Creo que se necesita madurez para hacerlo”, reconoce y añade: “recordar el pasado es necesario para entender lo que somos”. Lo que sí tiene claro es que no le gusta escribir con un planteamiento de bestseller, lo cual para ella no es un auténtico planteamiento literario.
“Me debía a esta historia. Desde los 10 años me rondaba por la cabeza la historia de mi familia. Mi abuela era una narradora oral impresionante. Apagaba la televisión y empezaba a contarme cosas. Le daba igual contar historias de ciencia ficción que los cotilleos del HOLA o historias de su propia familia, siempre con mucho suspense o con grandes expectativas”, desgrana Care Santos durante la entrevista. Hasta tal punto era así, que le contaba historias de su amor imposible que al final resultó ser su propio abuelo.
Pese a haber oído muchas veces la historia de su abuela, comenta que ha tenido que documentarse durante un años para escribir la novela. “He tenido que leer libros sobre tintes y bucear en los registros parroquiales de la época para conocer todas las ramas de la familia. Y no ha sido fácil, porque estos registros están escritos a mano y faltan muchas cosas”, recuerda.
Su abuela le enseñó la diferencia entre “contar una historia y contar bien una historia”. Teresa, su abuela, fue su propio taller de escritura y de ideas. “Se necesita coraje y madurez para acometer una historia como esa y, ahora, a mis 45 años, me encuentro en un momento dulce de mi carrera. Cree que en los próximos diez años será cuando pueda demostrar su oficio como escritora y los que hemos seguido su trayectoria nos damos cuenta de su evolución desde sus narraciones para público juvenil hasta estos momentos.
La novela trata principalmente sobre los años 20 en Barcelona, donde había gran cantidad de movimientos obreros. Los protagonistas, pertenecientes a la burguesía catalana, habían sido trabajadores manuales que habían prosperado con su trabajo y esfuerzo. No trata la novela sobre la alta burguesía, sino sobre estas personas trabajadoras que tuvieron acceso a una vida mejor.
El cine y las primeras salas tienen un papel importante en “Diamante azul”. “El cine es el primer gran espectáculo de masas, el primer entretenimiento al que podía ir todo el mundo. Por eso la burguesía miraba de reojo al nuevo fenómeno”, relata. Además, cree que hablar sobre el cine como fenómeno universaliza la trama y hace que no se quede en algo local. “El cine emociona igual a los espectadores de cualquier parte del mundo”, expresa razonadamente.
“De lo que más me interesa hablar es del tema social”, refiere. De esas revoluciones sociales que se han ido produciendo a comienzos del siglo pasado, como concreta en “Cataluña dio la sensación de que se vivió de una forma más exagerada”. Sobre el tema político, prefiere pasar de puntillas ya que opina que “la política es cíclica y se lleva diciendo lo mismo desde hace 300 años”.
“Los escritores no tratamos con personas, sino con personajes”
Sus preocupaciones a la hora de escribir siguen siendo las mismas desde que comenzó a hacerlo. “La búsqueda del pasado, la imposibilidad de entenderse con los familiares y la muerte, bueno, más bien la ausencia”, son sus motivaciones a la hora de escribir, siempre teniendo en cuenta que “los escritores no tratamos con personas sino con personajes”, expresa.
El estreno del telefilm Habitaciones cerradas le llega en un buen momento personal y profesional. “Me ha tocado el Gordo de Navidad”, menciona con humor y agrega: “me han tratado genial, he podido estar en el rodaje y opinar sobre lo que veía, incluso me han aceptado mis sugerencias”. Además, cree que “ahora acierto más en lo que escribo, he afinado mi puntería”. Y quien haya podido ver la película se habrá dado cuenta de que hace un pequeño cameo en ella. No vamos a desvelar en qué parte sale.
Satisfecha del rumbo que toma su carrera, “Diamante azul” parece ser un punto de inflexión en la misma. El título nos recuerda a la gran obra de Mercè Rodoreda “La plaza del Diamante”. “Siempre he sido muy de Rodoreda”, confiesa. Algo que comparte con ella es su gusto costumbrista y social. En “Diamante azul” son unos ojos azules los desencadenantes de la historia. Y tanto le gusta ese color que vino vestida a la entrevista toda vestida de azul.
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