En el acto, que tuvo lugar en lo más profundo de las Bodegas Solar de Samaniego, que se encuentra en la población alavesa de Laguardia, localidad donde hay 87 bodegas dedicadas a los caldos de Rioja y que posee uno de los pórticos románicos mejor conservado de España, el de la Iglesia de Santa María de los Reyes, que se terminó de construir en el siglo XIV y que fue posteriormente policromado. Una auténtica joya.
Laguardia y la Rioja alavesa se caracterizan por realizar uno de los mejores vinos del país. Ahora hay una cierta fiebre con el enoturismo y estas localidades están sabiéndolo explotar a la perfección. Son muchos los arquitectos que han creado nuevos estilos de bodegas, como Santiago Calatrava, Frank Gehry y muchos otros. Sin embargo, las bodegas Solar de Samaniego han querido dar un paso más allá y unir sus caldos con la literatura. Su slogan, “Beber entrelíneas”, ya nos indica en qué camino se mueven.
El escritor más reconocido de Laguardia no es otro que el fabulista Félix María Samaniego. En la entrega del premio, el ganador Luis del Val no pudo por menos que leer un par de pasajes de su fábula La zorra y las uvas, como no podía ser menos, en una bodega y un relato erótico del libro El jardín de Venus, lleno de una gracia chispeante que dejó con la boca abierta a aquellos que le creían demasiado moralista.
La Bodegas Solar de Samaniego fueron fundadas en 1968, pertenecen junto a las bodegas Durón, de la localidad burgalesa de Roa, al Grupo Farmacéutico Alter. Los mismos que curan nuestros catarros con la célebre Couldina y que alimentan a nuestros hijos con los productos de la gama Nutribén, avivan nuestras glándulas gustativas y olfativas con sus caldos de Rioja o de Ribera del Duero.
Este año, decidieron reformar la bodega de Laguardia con algo más que un lavado de cara. Contrataron a un equipo de interiorismo para dar una nueva imagen a las bodegas. ¡Y vayan si la han dado! Han convertido la Bodega de Solar de Samaniego en un lugar de cita entre la literatura y el vino. Su biblioteca o las estanterías de libros que se van intercalando entre los barriles o botellas de vino, conforman un espacio de reposo y cita para los amantes del vino y la literatura.
Para redondear este nuevo look, se les ocurrió organizar un premio literario y dotarlo con 25.000 euros. También podían haberlo dotado dando al ganador su peso en vino, pero se han decidido por lo crematístico y así han llamado la atención de más de 150 escritores, que han presentado sus novelas al certamen. “Algunas de ellas nos han llegado de México, Argentina o Colombia”, ha destacado del editor de Algaida Miguel Ángel Matellanas en la presentación de la novela ganadora. La primera selección fue llevada a cabo por la editorial Algaida y la ganadora salió de la media docena de novelas seleccionadas que revisaron Javier Reverte, presidente del jurado, Espido Freire, Félix G. Modroño o Ramón Pernas, que se reunieron una noche del mes de agosto pasado para deliberar cuál sería la ganadora. En esos dos meses, pese a la tentación, han guardado el secreto de quién era el ganador. “Queríamos romper con la dinámica de dar el nombre del triunfador en una gala y pasado un mes publicarlo”, apuntó Matellanas.
Para Javier Reverte, la obra fue sin duda la mejor de las presentadas. “El vino, como la literatura, es un milagro”, dijo. Siguió comentando la trama de una novela con demasiados hilos que al final confluyen de manera magistral. “Tiene Luis, en su escritura, un toque periodístico. Algo que me gusta, porque ambos venimos del periodismo”, explicó el viajero español, encantado de poder realizar un viaje al fondo de una bodega.
“La Transición Perpetua” quiere dignificar unos años y un estilo de gobernar que se está cuestionando en la actualidad. “Ni todo se hizo tan bien, ni todo se hizo tan mal”, recalcó el ganador sobre ese periodo de nuestra historia que nos condujo de la dictadura a la democracia.
Después de la entrega se celebró un cóctel organizado por el restaurante Venta de Moncalvillo, -1 estrella Michelín-, donde pudimos comprobar que el maridaje entre las viandas riojanas y sus caldos hacen una pareja perfecta, como también lo hacen el vino y la literatura. Como señaló María Alonso, Directora Comercial de Solar de Samaniego, “el vino es uno de los perfumes más complejos del mundo”. Con ese perfume en nuestras células receptoras olfativas nos retiramos a leer el libro de Luis del Val, un auténtico especialista en conseguir premios literarios.
Puedes comprar el libro en: