En el año 33 d.C. Judas Iscariote protagonizó la traición más famosa de la Historia, por la que fue recompensado con treinta monedas de plata. Sus nietos, pertenecientes a la secta de los Sicarios que alentó el suicidio colectivo en Masada para no caer en manos de los invasores romanos, fundieron una daga con aquellas monedas. Pero ¿realmente las cosas sucedieron como nos las han contado?
Casi dos mil años después, un terremoto en las excavaciones arqueológicas de Masada sacará a la luz una misteriosa daga de plata y un manuscrito escrito por Menahem ben Jair, el nieto de Judas. Es el preludio de una serie de suicidios colectivos y asesinatos en masa que sacudirán las principales capitales europeas, la cuenta atrás de una conspiración global capaz de destruir la Iglesia Católica. Solo el equipo Ogmios, un grupo secreto de la inteligencia británica, puede evitarlo. Y tendrá que hacerlo en cuarenta días y cuarenta noches.
Con estas bases, Steven Saville da un giro de 360 grados a las bases de la religión cristiana suponiendo que Judas fue el auténtico Mesías, ya que sin él no se hubiera podido producir la gran traición ni la Resurrección, dos de los pilares fundamentales de la religión cristiana. Saville da una visión de Judas como el más fiel amigo de Jesús, quien debido a su lealtad, era el único capaz de traicionarle por el bien de la humanidad. Por tanto, un Judas incomprendido y perseguido por sus semejantes acaba lapidado y con una descendencia que algún día clamará venganza por la gran injusticia cometida hacia su padre.
Esta venganza culmina en la actualidad, con un grupo de seguidores de Judas como el verdadero Mesías, que quieren hacer sufrir al mundo, y en especial a la religión cristiana, lo que el mundo hizo sufrir a su padre y reivindicar el lugar que se ganó en la humanidad. Y qué mejor forma de influir en el interior de la gente que dando donde más duele: serán, elaborados y minuciosos atentados terroristas, los encargados de llegar al mundo entero.
Y serán un grupo de agentes secretos, de esos que están oficialmente muertos y que ningún país reconocerá, los encargados de poner fin a tan enmarañada red, de la que cada hilo del que se puede tirar, surge una red de proporciones kilométricas, consiguiendo así el autor una historia apasionante y electrizante que combina la historia, la acción y la emoción, para obtener una obra que está entre lo mejor del thriller religioso.
Además, las múltiples historias paralelas, debido a las numerosas líneas de investigación abiertas, contribuyen a mantenernos enganchados y a hacer difícil que soltemos el libro.
En definitiva, un thriller perfecto, un claro ejemplo de conspiración religiosa, con un argumento apasionante, lleno de giros y cargado de acción y de situaciones espeluznantes y diabólicas que mantienen en vilo al lector desde la primera hasta la última página.
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