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Alejandro Pedregosa
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Alejandro Pedregosa (Foto: Javier Oliaga)

Entrevista a Alejandro Pedregosa, autor de “Hotel Mediterráneo”

“En mi novela, así el lector tiene la opción de completar la trama, de participar más”

domingo 01 de noviembre de 2015, 12:31h

Alejandro Pedregosa da con “Hotel Mediterráneo”, un salto cualitativo a su carrera. Hasta ahora nos tenía acostumbrados a sus potentes novelas negras e, incluso, a su personal poesía. En esta ocasión ha querido hacer una novela corta de contenido intenso con una trama que aborda una de las lacras de nuestra sociedad moderna, la violencia de género, pero desde una perspectiva novedosa.

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Alejandro Pedregosa (Foto: Javier Oliaga)

La idea surgió tras el accidente ocurrido hace poco más de dos años del tren Alvia cerca de Santiago de Compostela. “Leyendo las biografías de los muertos, me topé con una mujer y su hijo adolescente que habían muerto en el accidente. Esta mujer tenía una asociación de mujeres que ayudaban a personas que sufrían violencia de género y que, a su vez, pertenecía a una asociación de una red de pisos de acogida autogestionados que cogían a las víctimas y las quitaban de en medio mandándolas al otro extremo del país”, explica el escritor granadino en la entrevista que mantuvimos en la Librería Burma del barrio madrileño de Lavapiés.

Partiendo de ese hecho, Alejandro Pedregosa ideó el “Hotel Mediterráneo”, que pese a lo que su nombre indica no era un hotel sino una casa de acogida bajo la apariencia de un restaurante donde acogían a mujeres que sufrían dicho problema. El nombre viene, por supuesto, de la canción de Serrat, ya que el narrador, Francesc o Fransés, como le llamaban algunos de las personas del Sur que allí vivían. Francesc interpretaba al piano, las noches que abre el restaurante, canciones de Joan Manuel Serrat.

El autor se fijó en una de las canciones de Serrat, Edurne, que no superó la censura en 1974, en la que la policía mata al novio de la protagonista y desde ese momento convierte su caserío en lugar de acogida de personas que huyen hacia Francia. El estribillo estaba cantado en euskera, algo demasiado fuerte para los censores franquistas. Algo parecido le ocurre a una de las protagonistas de “Hotel Mediterráneo”, la abuela Amparo, que después de unos problemas con los nacionalistas vascos, decide abrir esa casa de acogida lejos de su tierra, cerca, probablemente de los Pirineos, algo que el autor no desvela explícitamente, pero da algunas pistas sobre el lugar.

Con los mimbres de la historia del Alvia y de la canción de Serrat, el autor Pepo, como le conocen sus amigos, pensó que “aquí hay una historia” y vaya si la hay. Lo primero que se le ocurrió fue ponerle una banda sonora, la música de Serrat, que es el hilo conductor de gran parte de la novela, muchas de las canciones del Noi de Poble Sec tienen un contenido muy ecologista, algo que también hay en la novela. “Ya no se escucha la música como antes. Cuando oíamos los vinilos, se requería un cierto esfuerzo, estar atentos cuando se terminaba una cara para darlos la vuelta, ahora con los CDs eso no ocurre”, comenta el escritor.

Hotel Mediterráneo”, es la historia de esa casa de acogida, perdida en un barranco boscoso apartado de la civilización. Está escrita en primera persona, siendo el narrador Francesc. “Es el único de la casa que no tiene mochila, que no tiene pasado y que juzga poco. Si hubiese puesto como narrador a cualquiera de los otros protagonistas, la historia hubiese estado sesgada”, explica Alejandro Pedregosa y añade “así el lector tiene la opción de completar la trama, de participar más”.

La trama va ganando mayor complejidad según se va desarrollando la novela, “se desarrolla igual que un barquito que navega por un río que cada vez se le van uniendo más afluentes. Si lo desvelase todo al principio sería aburrido”, cuenta. “Cada novela necesita sus particularidades, el gusto por la palabra en su sitio, decir lo que tengas que decir de la manera más precisa y que haga efecto en el lector”, -nos desvela su secreto para escribir-.

La aparición de dos legionarios en el restaurante desencadena la parte más trágica de la novela. Éstos querían que Tamara regresase al hogar conyugal para intentar salvar su matrimonio, acudiendo a la ayuda profesional que se estimase oportuna. Además, reconocen al Presidente, cocinero del restaurante, como un antiguo político corrupto imputado que huye de la justicia. Esto da pie a la parte de mayor contenido social y a un chantaje por parte de los legionarios.

“A principios de año estaba muy ilusionado con las nuevas formaciones políticas pero, ahora, estoy un poco saturado”, reconoce el autor. Sin embargo, aprecia lo que pueden aportar de nuevo. “Tienen unas nuevas maneras, algo novedoso y de modernidad que espero que sirvan para una renovación de la política nacional”, sostiene. Algo en que los medios de comunicación han contribuido eficazmente con su divulgación ayudando a dar una visión más humana de algunos personajes, algo que también tenía ese político andaluz que había conseguido sustanciosas comisiones con ayudas de la Comunidad Europea por empresas inexistentes.

Alejandro Pedregosa suele alternar un libro de poesía con otro de novela. “Empecé como poeta”, recuerda. Y le gustan ambos géneros y en los dos se siente igual de cómodo; para explicarlo pone el símil del nadador que unas veces nada a braza y otras a crol. Son técnicas diferentes pero el fin es el mismo, lo importante es “generar historias, generar sentimientos”, opina con acierto.

Para escribir la novela ha recibido una ayuda leve, aunque el libro “El acoso moral” de Marie-France Hirigoyen le ha ayudado para trazar la psicología de las maltratadas. Casi todo está basado en el miedo hacia la violencia que las envuelve. Para superar estos hechos hay que tejer una red de afectos para que vuelvan a confiar en las personas. “El amor y la amistad son redentores”, concluye el escritor.

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