Para el proceso de escritura de la biografía de Francisco Ayala, Antonio Astorga ha contado con la colaboración de Alejandro V. García en la recopilación, edición y supervisión de todo el material, que cuenta con más de 530 referencias bibliográficas. Un trabajo ingente, que ha dado como resultado una brillante biografía sobre uno de los intelectuales y escritores más importantes del siglo pasado, que escribió una colosal cantidad de libros y artículos periodísticos.
Las Obras Completas de Francisco Ayala la conforman siete volúmenes; el último de ellos publicado a comienzos de este año por Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. De dichos volúmenes ya hemos dado cuenta en estas páginas, además de la entrevista que le hicimos a su viuda Carolyn Richmond este verano y donde nos desveló muchos pormenores de su vuelta a España y que son reflejados en este libro. “Es un libro complementario a sus Obras Completas y a sus escritos autobiográficos”, señala el autor. Francisco Ayala escribió los tres volúmenes de Recuerdos y olvidos que escribió a su regreso en los años ochenta.
La biografía de Francisco Ayala que ha escrito Antonio Astorga es muy completa, pero donde más se centra es en el periodo que se inicia en 1977, cuando regresa definitivamente a España después de un largo exilio, a través de las entrevistas que se le hicieron al escritor granadino a lo largo de sus 103 años de vida. Y las muchas que le hizo el autor del libro para diversos medios de comunicación donde se refleja el perfil humano y literario de uno de los grandes intelectuales españoles del siglo pasado.
“El libro es una modesta aproximación a ese maestro de energía que era Ayala, un homenaje a un intelectual que siempre buscó la libertad y la democracia y que observó el mundo sin nostalgia del pasado. No se dejó llevar por odios ni rencores”, contó el periodista de Archidona en la presentación del libro en la que estuvo acompañado por la directora de la Fundación José Manuel Lara y por el editor Ignacio F. Garmendia, que señaló que “Ayala fue una persona de una ética y moral intachable, una persona buena en la acepción machadiana del término”.
“Vivió 103 años intensamente, con pasión y dedicación", -aseguró el autor-, siempre con una lucidez digna de encomio. "Fue el suyo un siglo de luces y sombras, de guerra y paz, de hambre y miseria, de espanto y tragedia, de ira y libertad, que él observó como un espejo ético stendhaliano en el camino", cita en su ensayo biográfico Antonio Astorga, que ha trabajado en ABC durante más de veinticinco años, muchos de los cuales publicando sus incisivas entrevistas en la última página del periódico madrileño.
Francisco Ayala tuvo que "atravesar auténticos vendavales" a lo largo de su vida, pero, como decía el propio escritor, no se doblegó ante ellos, sino que afrontó las circunstancias adversas "sin renunciar" a sus principios. La Guerra Civil golpeó de lleno a la familia de Ayala: perdió a su padre y a uno de sus hermanos, que fueron fusilados durante la guerra.
Cuando terminó la guerra, Ayala emprendió un largo exilio que lo llevaría a vivir primero en Buenos Aires y luego en Brasil, Puerto Rico y Estados Unidos. Fue en Puerto Rico cuando decidió abandonar su trabajo como profesor de sociología en la universidad para consagrarse en cuerpo y alma a la literatura, tanto como profesor como escritor.
A su llegada a España en una célebre entrevista, Francisco Ayala afirmó que "Me fui al exilio para seguir viviendo", sin embargo, nunca tuvo la sensación de vivir un exilio dramático. "Yo no he sido de esos que se han pasado el exilio llorando", puntualizó en esta y en numerosas entrevistas.
En el exilio, Ayala se desarrolló como intelectual y como escritor, dijo Antonio Astorga, que recorre en su libro los diferentes hitos de la vida del narrador, ensayista, sociólogo y articulista, a partir sobre todo de su regreso definitivo del exilio. En el diario El País escribió numerosos artículos con una periodicidad semanal que nos hicieron entender el proceso hacia la democracia de nuestro país.
“Siempre se sintió un autor valorado por los políticos”, aseguró Antonio Astorga y prueba de ello fueron lo numerosos premios que obtuvo en su vida. Recibió premios tan importantes como el Nacional de las Letras, el Cervantes y el Príncipe de Asturias, ingresó en la Real Academia Española y asistió a la conmemoración de su propio centenario en 2006. Aunque siempre creyó que su obra fue ninguneada durante el franquismo y siempre luchó para que se publicasen sus libros y se conociese su obra.
En las diversas entrevistas que Antonio Astorga le hizo a Ayala pudo comprobar que era "una persona bondadosa, una referencia ética y moral. Buscaba la concordia en todo lo que hacía. Era un hombre admirable, muy actual en sus pensamientos y reflexiones".
El libro recoge, entre otras muchas, las opiniones de Ayala sobre los nacionalismos, que "nunca le gustaron" y solía decir que se basaban en un mal llamado hecho diferencial de difícil comprobación y "rechazó cualquier mistificación nacionalista para defender una interpretación histórica de España", concluyó el autor malagueño.
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