El mercenario oretano está ambientada en los años de la Segunda Guerra Púnica, aquella épica contienda entre cartagineses y romanos, y narra la aventura de Adinveles, un íbero del pueblo de los oretanos que ofrece sus servicios al patricio romano Publio Cornelio Escipión en los postreros episodios de lucha por la supremacía en Hispania y en el Mediterráneo occidental. La novela irá desvelando retrospectivamente los trepidantes lances que vive el protagonista, quien deberá ingeniárselas para ganarse la confianza de los romanos y sobrevivir en unos tiempos convulsos lastrados por un oscuro pasado como mercenario en el bando púnico. Valiéndose de su pericia y de sus misteriosos amigos -más que de la lealtad y del sentido común- , Adinveles guerreará en Italia y se jugará la vida en Sicilia por apoderarse del último secreto de Arquímedes.
A través de las peripecias del oretano y sus amigos en Hispania, Italia y Sicilia, seremos protagonistas de excepción en algunas de las operaciones bélicas más trepidantes y sonadas de aquella época y conoceremos los grandes acontecimientos que se produjeron en uno de los primeros conflictos a escala mundial de la historia. Escipión el Africano y Aníbal son algunos de los personajes históricos con los que se codeará Adinveles en la confrontación que decidió la potencia que marcaría durante siglos los destinos de millones de personas.
La novela histórica nos transporta a los vastos territorios de la república de Roma durante el comienzo de la conquista de la península ibérica por parte de las legiones romanas. La ocupación se llevó a cabo con relativamente pocos quebraderos de cabeza, los cuales ya llegarían con las graves derrotas a manos de Viriato y los numantinos. Pero las divisiones internas entre los distintos grupos de pueblos no indoeuropeos provocaron su división ante el apoyo de las grandes potencias de la época: Roma y Cartago; aunque algunos pueblos como los ilergetes siguieron luchando en contra de cualquier ocupación, lo que finalmente costaría la crucifixión de sus líderes Indíbil y Mardonio.
Pero, como demostró la Historia (eso sí, antes del año 476), Roma siempre ganaba, aunque costara más o costara menos, por lo que Hispania vive tiempos convulsos en los que las lealtades pueden cambiar. El propio protagonista comienza junto con Aníbal y acaba con Escipión.
Hablando del mercenario, su caracterización está muy bien hecha, sobre todo porque pese a su oficio, y su dureza de carácter, odia las guerras, y trata de utilizar siempre que puede la astucia para evitar derramamientos de sangre innecesarios. Su conocimiento de diversas lenguas hace que el mercenario sea más útil de diplomático e intérprete que de soldado, por lo que son notorias en él una gran inteligencia y un extraordinario poder de convicción.
Finalmente, en cuanto a la estructura de la obra hay que destacar que se intercalan momentos presentes con momentos pasados: la trama de servicio a los cartagineses o sus andanzas por la Siracusa de Arquímedes va paralela a su hilo narrativo en el que sirve a Escipión y a Roma.
En definitiva, una gran obra con una prosa muy correcta y en la que destaca la gran documentación de la que hace gala el autor, que no solo nos sitúa en el contexto histórico sino también nos hace visualizar vestimentas, costumbres y formas de actuar, sin olvidar las tácticas militares
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