La guionista mejor acompañada en el estreno del libro “Carlos Rey Emperador”

Con tan distinguidas personalidades, Laura Sarmiento ha presentado su libro basado en los guiones de la serie televisiva Carlos, Rey Emperador. Aunque para decir la verdad, ha estado acompañada de los actores que encarnan a dichos personajes históricos en la celebérrima serie televisiva que está batiendo récords de audiencia.

Laura Sarmiento Pallarés estuvo acompañada en la rueda de prensa que sirvió de presentación del libro por el editor de Random House Mondadori David Trías, por el delegado de Televisión Española Nicolás Romero, por la productora ejecutiva de Diagonal TV Montse García y por los actores Álvaro Cervantes, Carlos V; Alfonso Bassave, Francisco I de Francia y Víctor Clavijo, Francisco de Borja.

Para Laura Sarmiento el oficio de guionista y de escritora es de mucha soledad y creía que se iba a resarcir de las limitaciones que imponen los guiones televisivos escribiendo esta novela. “La novela me ha dado la oportunidad de hablar más en profundidad de los personajes. De hablar menos de las batallas y de la historia y rellenar más los huecos humanos que hay detrás de cada decisión que toman estos personajes”, explica la escritora y recalca “habrá menos batallas, pero sí más emoción”.

Y emoción precisamente es lo que no falta en la novela ya que ha conseguido que los personajes hablasen con mayor profundidad, probablemente debido a los escasos medios con que cuenta la productora para recrear esas batallas que hicieron famoso a nuestro emperador. “Carlos era muy introvertido y callaba más de lo que decía. De ahí que quisiese recrear lo que pensaba antes y después de cada acontecimiento histórico”.

Cuando se puso a escribir la novela, - encargo de la productora -, no había visto ninguna secuencia de la serie. Sí había escrito algunos guiones, de hecho, recuerda, “estaba escribiendo el guión sobre el año 1550 y en el libro lo hacía sobre 1520”. Esta esquizofrenia ha dado ahora sus frutos en un libro “bien escrito”, como recalcó el editor David Frías.

Después del éxito de Isabel, la trilogía vendió más de 150.000 ejemplares, el nuevo libro “Carlos, Rey Emperador” ha salido con una tirada de 15.000 ejemplares que suponemos corta. El reto es estar a la altura de los libros y series de Isabel. Algo nada sencillo porque Carlos V es bastante desconocido para el público español. “Era un personaje por construir”, señala Nicolás Romero de TVE, responsable del área de ficción de la cadena estatal. “Los televidentes demandan historia y Diagonal tiene un buen saber hacer en esto”, afirma.

Todos los actores se han mostrado encantados con sus papeles. Álvaro Cervantes reconoce que hubiera dado cualquier cosa por encarnar a Carlos V y, también, por haber tenido el libro de Laura antes de empezar el rodaje de la serie, ya que se leyó numerosos libros de historia y en ninguno de ellos se recreaba la humanidad del emperador. “No se contaba cómo se sentía ni cómo se relacionaba con sus semejantes y en la novela se ahonda en ese diálogo interior que tiene”, dice el joven actor.

El actor madrileño Alfonso Bassave reconoce haber llorado cuando le confirmaron que haría de Francisco I, el malo de la serie, “lo cual es todo un reto y es más divertido”, cuenta. “Es un regalazo, un personaje complejo, rico y de muchas contradiciones donde los sentimientos cuentan mucho”, desgranó. En la misma línea estuvo Víctor Clavijo que interpreta a Francisco de Borja. “Me enamoré del personaje por su calidad humana, por su ansia de ayudar a los demás, lo que le convertiría en santo”, cuenta.

Como siempre en este tipo de libros, la polémica suele ocupar un papel predominante. En esta ocasión ha sido el pueblo cacereño de Madrigalejo el que se ha quejado de que no sale reflejada en la serie la firma del testamento del rey Fernando el Católico en dicha localidad. La escritora se defiende diciendo que es una novela, no un libro de historia. “Los hechos históricos son puntos que hemos tenido que ir uniendo para crear una novela. No es nuestra labor transmitir con exactitud absoluta la historia, sí que el lector empatice con los protagonistas”, concluye con inteligencia.

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