El Gran Prix de littérature policière, fundado en 1948 por el escritor y crítico literario Maurice Bernard Endrèbe, se concede anualmente a la mejor novela francesa, este año la premiada ha sido “Derrière les panneaux il y a des hommes”, de Joseph Incardona, y a la mejor novela policíaca internacional publicada durante el mismo año que ha distinguido a la versión en francés de Un millón de gotas (Toutes les Vagues de l'Ócean). Entre los autores consagrados de las últimas décadas que han sido acreedores del premio se encuentran Jean-Patrick Manchette, Didier Daeninckx, Mary Higgins Clark, Elizabeth George, Thomas Harris, Patricia Highsmith, Arnaldur Indriðason, P. D. James, Léo Malet y Manuel Vázquez Montalbán Desde ayer, Víctor del Árbol se suma a tan gran elenco de escritores.
Gran conocedor de la naturaleza cambiante de los hombres, Víctor del Árbol consigue captar a través de sus personajes los múltiples matices de la condición humana, no solo sus miserias y mezquindades, sino también su nobleza, generosidad e idealismo. Su escritura transmite con intensidad milimetrada la fuerza de una impresionante historia en la que conviven amores viscerales que se antojan imposibles, traiciones que perduran en el tiempo y confunden ideales, luchas de supervivencia, vidas golpeadas brutalmente por una inapelable fatalidad, corrupciones, pasiones encontradas, mentiras, actividades inmorales, pesadas culpas y venganzas postergadas.
En Un millón de gotas convergen el thriller más actual con la aventura épica, la trama policial y de investigación con el viaje del héroe. Dos historias profundamente ligadas que se van alternando a lo largo de toda la narración: el relato principal se desarrolla en la Barcelona de principios de este siglo, cuando el protagonista, Gonzalo, decide romper con su rutina y reivindicar la inocencia de su hermana en un crimen de oscuros entramados; desde ese presente de asesinatos, amenazas, blanqueo de capitales y casos de prostitución infantil, la acción se traslada al pasado, hasta el Moscú de 1933, ciudad a la que un Elías Gil cargado de ideales llega para formarse como ingeniero. A la misma vez que el lector, Gonzalo deberá volver a su pasado, al de su padre, que casi no conoció pero que siempre ha mantenido bien guardado. Como en las grandes epopeyas, pasado y presente se van cruzando, incluso confundiendo, hasta el punto de conformar una historia donde todos los personajes terminan terriblemente implicados.
La novela negra más depurada se codea con la documentada recreación de un inhumano y terrorífico acontecimiento histórico, la deportación a una isla de Siberia de miles de presos políticos y comunes de la hoy extinta URSS. Conviven así dos sociedades y dos mundos enlazados por la engañosa memoria de unos personajes que no pueden ni quieren resignarse a su destino, que buscan aliviar culpas y alcanzar una redención difícilmente posible. En el fondo, tanto el dolor físico como el sufrimiento interior son solo la antesala de una muerte que no todos pueden esquivar a tiempo. Como si se tratase de un cruel juego de naipes, cada personaje va dejando en su descarte evidencia clara de sus intenciones... porque como siempre, cada acción tiene su consecuencia, su reacción, su reverso, su venganza... aunque ésta se produzca casi medio siglo después.
El autor demuestra con creces su capacidad narrativa para provocar emoción, angustia, miedo o desazón. Su relato, cargado de ricas y detalladas descripciones, denota asimismo una gran potencia escenográfica, haciendo que el resultado sea muy visual e impactante, casi cinematográfico. La dureza de sus observaciones, muestra evidente de la triste realidad social e histórica, golpea sin remilgos al lector en la boca del estómago. Sus reflexiones son la mejor crítica a unos personajes imbuidos de la maldad y el espíritu egoísta que ha marcado al hombre a lo largo de la historia.
En definitiva, Un millón de gotas es una excelente y sobrecogedora novela cuya lectura seguro que no deja impasible. Con ella, Víctor del Árbol se confirma como una apuesta segura por la calidad literaria, la fuerza narrativa y las tramas envolventes que exhortan a la memoria, la reflexión y la necesaria toma de conciencia.
Tan difícil es cuantificar el nivel de desesperación o sufrimiento soportables como llegar a medir con exactitud donde está el límite de la maldad y la miseria humanas. Pero cuando éstas se hacen manifiestas en un acto frío, innecesario y cruel como es el asesinato de un niño, los instintos se rebelan y todo parece desbordarse. No queda más opción entonces que enfrentarse a ellas con la energía que aporta el reconocerse en un esfuerzo ciego, ese que como la gota, es capaz de horadar la piedra... no hay más salida que plantar cara, con valor y rabia, porque un millón de gotas pueden llegar a conformar un océano.
Gonzalo Gil es además de un abogado discreto y honesto, una buena persona. Sin embargo, su despacho en Barcelona va perdiendo clientes al ritmo de su sinceridad. Atrapado entre una esposa caprichosa y un suegro poderosamente manipulador, vive una vida que nunca deseó y que le resulta ajena, pero de la que difícilmente puede renegar. Esa gris existencia se verá sacudida por el suicidio de su hermana mayor Laura, una subinspectora de policía a la que estuvo profundamente unido durante la niñez, pero que el tiempo había terminado distanciando. La mujer era sospechosa de haber torturado hasta la muerte al mafioso ruso que meses atrás había asesinado a su hijo de seis años. Embarcada como estaba en una investigación sobre explotación sexual y tráfico de menores, la venganza se presenta como única motivación del crimen.
Cuando para librarla de cualquier acusación infundada, Gonzalo decide involucrarse en la investigación iniciada por Laura, no imagina que emprenderá un camino de profundas implicaciones y difícil retorno: Una vehemente mirada a su pasado y al de su familia que podría convertirse en un complicado descenso a los infiernos; un proceso que quizás hubiera preferido no iniciar. El enfrentamiento frontal con la Matrioshka, una potente organización que desde su base en Rusia se dedica a todo tipo de negocios ilegales, principalmente prostitución infantil; una red que en sus intrincados canales de blanqueo de capitales cuenta con la colaboración de gran cantidad de funcionarios, entre ellos destacados abogados, jueces o policías. El replanteamiento de su delicada e inestable armonía familiar, que por otro lado, lleva años derrumbándose silenciosamente, y que ahora al resistirse a una posible asociación con su suegro, pondrá en evidencia todas sus grietas.
Gonzalo deberá acometer un viaje al pasado, adentrarse en la asombrosa historia de su padre, Elías Gil, un destacado antifascista que desapareció en extrañas circunstancias cuando él solo era un niño, y que llegó a ser pieza clave del movimiento comunista en la España del siglo pasado. Un activo idealista que siendo todavía un joven ingeniero, se desplazó hasta la naciente URSS de los años treinta con idea de formarse, pero que vio truncada su carrera al ser delatado como espía trotskista. Su detención y posterior deportación hasta la terriblemente recordada isla de Nazino, en la Siberia occidental, se terminará convirtiendo en epopeya triste y brutal de la lucha por la supervivencia.
Nacido en Barcelona en 1968, Víctor del Árbol fue mosso d’esquadra desde 1992 hasta 2012. Cursó estudios de Historia en la Universitat de Barcelona, colaboró dos años como locutor y colaborador en el programa radiofónico de realidad social Catalunya Sense Barreres (Radio Estel, Once). Su primera novela, El peso de los muertos (Editorial Castalia), ganó el Premio Tiflos de Novela en 2006. Fue finalista del XIII Premio Fernando Lara en 2008 con El abismo de los sueños, todavía inédita.
En 2011 publicó La tristeza del samurái (Editorial Alrevés). Traducida a una decena de idiomas y todo un «bestseller» en Francia, cuenta con el reconocimiento de la crítica y de numerosos premios, entre ellos, el Prix du Polar Européen 2012 a la mejor novela negra europea otorgado por la publicación francesa «Le Point» en el festival de Novela Negra de Lyon. En 2013 publicó Respirar por la herida (Editorial Alrevés), finalista en el Festival Internacional de Cine Negro de Beaune 2014 a la mejor novela extranjera. Tras su éxito internacional Víctor del Árbol se confirma como el autor revelación del thriller literario en España.
Puede comprar el libro en: